Estados Unidos busca reducir las importaciones de petróleo de Rusia, tras la invasión a Ucrania, sin perjudicar a los consumidores estadounidenses y sustentando el suministro global. El fin de semana, la nación inició una apertura diplomática hacia Venezuela y Arabia Saudita, países que requiere para que suplan el petróleo ruso que está escaseando en el mercado internacional como resultado de las sanciones a las transacciones financieras impuestas. Arabia Saudita es el único país que tiene capacidad para aumentar la producción significativamente, mientras que Venezuela puede sacar más hidrocarburos debido a que el nivel de sus exportaciones se ha visto deteriorado por las sanciones internacionales.
Vale la pena recalcar que las ventas de Rusia a Estados Unidos de petróleo crudo representan el 3% (8% cuando se consideran los productos derivados) y el crudo de Venezuela es similar al de Rusia en relación al peso, por ello, en teoría, sería sencillo sustituir estos productos. Sin embargo, Alemania, que es el principal importador de crudo ruso, no ve el panorama tan sencillo para interrumpir las importaciones, el canciller germano, Olaf Scholz, declaró “Berlín no puede romper de la noche a la mañana las importaciones de energía de Rusia”.
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