De acuerdo con Ecopetrol, en el acumulado del año hasta octubre, se han robado en promedio 1.160 barriles de petróleo diarios y 23,91 barriles refinados. Para esto, los poliductos y oleoductos ilegales utilizan cerca de 1.277 válvulas, lo cual se convierte en un problema para el sector petrolero formal del país.
Este año, el robo de gasolina y crudo incrementó 600% frente al año anterior, cuando el número de válvulas ilícitas era de 202. Los campos más afectados por esta actividad son los oleoductos Caño Limón-Coveñas (Norte de Santander) y Transandino (Nariño), mientras que la petrolera con mayores pérdidas es Ecopetrol.
De acuerdo con el vocero de esta compañía, “la instalación fraudulenta de estos artefactos por parte de los grupos armados al margen de la ley en el oleoducto Caño Limón-Coveñas y en la infraestructura del campo Tibú permite llevar los combustibles hurtados, como es el caso del crudo, a través de mangueras hasta refinerías ilegales”.
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