El sector petrolero mundial atraviesa uno de los momentos más difíciles a nivel histórico. La caída del precio del crudo desde mediados de 2014 ha obligado a que las diferentes compañías que participan en él, adquieran un óptimo comportamiento para poder sobrevivir a la coyuntura actual. Esto como resultado de una demanda débil y una competencia abierta entre productores, cuya duración estará determinada por la capacidad de las petroleras de hacer ajustes productivos para acomodarse a las nuevas condiciones de los precios. Esta actividad en Colombia no ha sido ajena a la conducta internacional. Adicional a asimilar los riesgos y pérdidas que traen con sí los precios bajos del barril, se ha generado incertidumbre acerca del futuro del sector y la viabilidad de la producción petrolera en el país.
Fuente: ACP
A cierre de 2015, los siguientes fueron los resultados de las principales empresas que participan en el sector:
Estados Financieros con corte a diciembre de 2015 (datos en millones de pesos)
El entorno del sector petrolero nacional, agravado principalmente por el precio del crudo, genera grandes presiones sobre su producción, dada la dependencia que se posee de la renta petrolera. Según proyecciones de Fedesarrollo, la producción mensual podría caer entre 188.000 y 352.610 barriles para el 2018; por lo que el Gobierno Nacional, a través de los correspondientes entes de control, ha fomentado la exploración por medio de diferentes medidas, con el fin de mantener el objetivo de producción por encima del millón de barriles diarios.
Según proyecciones del Ministerio de Minas y Energía, con un barril de petróleo Brent a 45 dólares, la meta es producir 968.000 barriles diarios para 2016. Esto, teniendo en cuenta la producción comercial y campos en evaluación como Tigana, Jacana y Acordionero, como también la actividad en los campos Castilla, Chichimene y La Cira-Infantas, y la recuperación de la producción del campo Rubiales, tras la terminación del contrato con Pacific E&P.
En términos de reservas, dado los recortes financieros sobre la actividad sísmica y exploratoria realizados por las principales operadoras en el mercado nacional, el Gobierno espera que, a través de inversiones en tecnologías de recobro primario, secundario y terciario, las reservas de crudo aumenten significativamente, alcanzando cifras adicionales entre 1500 y 2500 millones de barriles en los próximos años.
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