Las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía para el primer semestre del 2023, muestran que, en los primeros meses del año próximo, el consumo de petróleo aumentará en 1,7 millones de barriles y no en 2,1 millones, como se había estimado recientemente. El recorte en la producción de este bien puede ser el punto de inflexión para alcanzar la recesión global.
Además, aseguran que es probable que el recorte no pueda llevarse a cabo en su totalidad, ya que la mayoría de los miembros y aliados de esta organización actualmente tienen volúmenes de producción que se encuentran por debajo de sus objetivos asignados.
Países como Arabia Saudita y sus socios han adoptado esta medida alcanzando una reducción de dos millones de barriles de petróleo diarios, esto con el argumento, de que esta estrategia es necesaria debido a la constante incertidumbre económica en que se encuentran las economías a nivel mundial. Por su parte, los países desarrollados aún conservan un inventario de 243 millones de barriles, el cual, en promedio, es mucho menor al volumen acumulado de petróleo registrado en los últimos cinco años.