De acuerdo con Germán Darío Arias, director de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), “se decidió que para el país se necesitaba una nueva definición de banda ancha y ahora será 25 veces mayor que la actual; aunque parece mucho, realmente no lo es y aún tenemos mucho que hacer. Pero, en cualquier caso, con esta decisión queremos que los operadores se vean incentivados para aumentar la oferta de banda ancha”.
Por ello, desde el primero de enero de 2019, las compañías que vendan conexiones de datos deben garantizar velocidad de bajada de 25 megabytes por segundo (Mbps) y de subida de 5 Mbps, mejorando la velocidad de internet. Además, cada hogar podría ahorrarse 5,1% del PIB per cápita por compras en línea y acceso online a telemedicina, educación virtual y trámites de gobierno en línea.
La presidenta de la Asociación de Operadores de Tecnologías de Información y Comunicaciones, Galé Mallol, aseguró que con esta medida “los usuarios van a poder diferenciar claramente qué es internet de banda ancha y qué no. Además, con estas medidas, estamos más cerca a países que tienen su economía basada en el internet, siendo este un facilitador del ecosistema digital”.
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