Sin duda alguna uno de los sectores más movidos por estos días, ha sido el sector de las telecomunicaciones. A los proyectos que desarrolla con la intensión de darles acceso a comunidades con limitaciones físicas, a las personas de la tercera edad y a aquellas con restricciones económicas son amplios y a esto se le agrega la asignación del espectro, un hecho que ha venido adelantando a través de las subastas desde el año 2010.
Sin embargo, queda un arduo camino por recorrer y dentro de este el mayor obstáculo es la falta de alineación entre el gobierno central con los gobiernos locales, especialmente alcaldes, quienes apoyados o algunas veces incentivados por la ciudadanía no han permitido la expansión de la infraestructura, como ocurre con el caso de las antenas de comunicaciones. El factor es complejo, porque científicamente no hay pruebas que la cercanía a estas antenas perjudique la salud humana, lo menos no la había; porque en un reciente comunicado de la Organización Mundial de la Salud, OMS, aseveraron que las ondas electromagnéticas potentes si pueden tener impacto en la salud de las personas.
Sobre ese mismo punto se refirió Martha Liliana Suárez, actual directora de la Agencia Nacional del Espectro, ANE, quien argumentó que es la misma falta de antenas la que obliga a que se suba la potencia de las escasas estaciones que existen, para lograr una buena conexión entre estas y los equipos móviles. De igual forma, agregó la ejecutiva, que la nueva propuesta presentada por el gobierno, no va dirigida a regular la distancia entre las estaciones y repetidoras, sino la potencia con la que se emiten señales, con el fin que los ciudadanos no sufran exposiciones a los campos electromagnéticos por encima del promedio.
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