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La semana pasada la compañía de telefonía móvil estadounidense T-Mobile anunció que completó la adquisición de Sprint, que anteriormente fue uno de sus principales competidores, pero que tras una serie de malas decisiones técnicas y de marketing venía perdiendo poder de mercado. De acuerdo al comportamiento del valor de las acciones de T-Mobile el pasado martes, la fusión se valoró en 31.800 millones de dólares y crea una compañía con mayor capacidad y que tiene previsto realizar inversiones por 40.000 millones de dólares en los próximos tres años para entrar con fuerza en la era de 5G.
Esta adquisición se había acordado desde 2018 pero enfrentó oposición por parte de las autoridades federales y estatales. De acuerdo con el portal Reuters, “el nuevo negocio, llamado T-Mobile, tendrá alrededor de 100 millones de clientes. Para mantenerlos y aumentar sus filas, la compañía planea desarrollar rápidamente la tecnología inalámbrica de quinta generación que brindará un servicio de banda ancha a través del aire y se considera un componente crítico de la infraestructura de la nación. T-Mobile ha dicho que desplegar 5G habría tomado mucho más tiempo y costaría mucho más sin la adición de Sprint”.