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Debido al confinamiento los distintos diseñadores y marcas tuvieron que adaptarse a lo que el mercado estaba requiriendo. Los atuendos de las personas cambiaron y estaban más enfocados en comodidad y confort (uso de pijamas y ropa deportiva). Sin embargo, con la llegada de las vacunas, la reactivación económica y la reapertura de tiendas y espacios de esparcimiento se están modificando de nuevo las formas de vestir.
Muestra de ello es el incremento que Urban Outfitters tuvo en las compras de vestuario y ropa de calle, situación que no se vio en el 2020 cuando la mayoría de las personas estaban en confinamiento. Richard Hayne, consejero delegado de la compañía, afirmó que “creemos que con la distribución amplia de las vacunas y la caída de los nuevos casos de COVID-19 y el fin de las restricciones, las mujeres comenzarán a sentirse más cómodas a la hora de salir y la demanda de ropa se acelerará”.