En el país, de acuerdo con el presidente de la Asociación de Ingenieros Ferroviarios de Colombia, el 90% de las vías férreas están abandonadas u operan con locomotoras diésel de la década del 50, con una capacidad de carga inferior hasta en un 60% a la que los equipos de hoy en día movilizan.
Clara muestra de ello son los antiguos ferrocarriles nacionales de colombia y los ferrocarriles privados del carbón del Cerrejón, los cuales con una capacidad de más de 3.400 kilómetros y una carga de 75 mil toneladas al año son los más importantes del país y poseen una serie de limitaciones técnicas, con una capacidad de velocidad muy limitada.
Todo ello ha permeado otras esferas de la economía nacional, el desarrollo y la competitividad son algunas de ellas. El principal problema de todo ello es que el desarrollo de la industria férrea exige la voluntad política, esto es incluir a los ferrocarriles dentro de los planes de desarrollo del gobierno. Hoy en día, esta industria se viene proyectando con el transporte intermodal, y se espera que en el mediano plazo se permita conectar los dos océanos a través de un canal interoceánico, mientras que las vías ya construidas esperan adherirse a estos planes, bajo el alarmante panorama en el cual hoy se encuentran.
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