Con la aprobación de la Ley 769 de 2002, el gobierno nacional da potestad a los administradores municipales, alcaldes de todo el territorio colombiano para tomar las medidas correspondientes respecto a la vigilancia y control del tránsito en sus respectivas jurisdicciones. Este respaldo constitucional ha permitido a los dirigentes optar por la prohibición del parrillero en motocicletas y vehículos similares; en algunos casos sin importar si es hombre o mujer. Con ello, pretenden evitar hechos violentos que alteren el orden público como el sicariato y otras las actividades delictivas, así como las practicas ilegales e informales. Sin embargo, es importante evaluar si las medidas tomadas afectan o benefician a los sectores económicos relacionados (Ver: El Sector Automotriz Volverá a una Variación Negativa en Ventas para 2015).
Fuente: Datos del RUNT y Publimotos. Gráfica de Sectorial.
Por un lado, la restricción al parrillero puede tener una fuerte influencia en el incremento de las ventas que registra el sector de las motocicletas. En el gráfico 1 se puede observar que a partir del 2002, cuando se empezó a implementar la medida restrictiva, inició un incremento sostenido cercano al 20% promedio anual en las ventas. Solamente en el periodo entre 2008 y 2010 se dio un comportamiento negativo, debido a la crisis económica por la que atravesó el país.
Por otro lado, se puede ver la influencia que tiene la norma de restricción al parrillero en el mercado de las motocicletas, si se hace un comparativo entre Medellín y Bogotá. Mientras el distrito capital no ha presentado restricciones radicales y continuas sobre el tema del parrillero y cuando ha recurrido a la medida, ha sido por eventos específicos, por zonas y por cortos periodos de tiempo, en Medellín la medida fue implementada el 22 de Noviembre de 2012 y renovada en julio de 2013, enero, julio y diciembre de 2014 y en junio del presente año, cuando se eliminó. Es este caso, se observa que el incremento de ventas en Bogotá para el primer trimestre del 2014 fue de 12,5 %, mientras que en Medellín fue del 12,1%, Lo cual representa un porcentaje muy alto para la capital de Antioquia, si se tiene en cuenta la proporción poblacional.
Con base en lo anterior, se evidencia que existe una fuerte relación entre la medida restrictiva del parrillero y el incremento en las ventas de motocicletas. Más, cuando la disposición del gobierno ha hecho que más de 150 municipios a nivel nacional opten por algún tipo de normatividad relacionada a limitaciones en el transporte de parrillero. Tan sólo en Medellín se registró una disminución del 41% en diversos delitos como asesinatos y hurtos desde que se aplica la norma. Lo que no es seguro, es si tal disminución se debe a la prohibición del parrillero hombre, o es la extensión de la tendencia decreciente que, según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia, se viene observando desde el 2010.
Mientras tanto la disyuntiva entre las alcaldías y los motociclistas persiste. Las alcaldías en su afán de mitigar acciones delincuenciales prefieren mantener vigente el decreto. Por el contrario, los motociclistas consideran que la medida viola su derecho a la libre movilidad y argumentan que se trata de un dictamen “amañado” por parte de los entes administrativos.
De esta forma, se induce que los decretos por los cuales se prohíbe al parrillero incentivan el mercado de las motocicletas en el país, siendo más fuerte cuando la medida se extiende a hombres y mujeres, que cuando se limita a un género o a ciertos rangos de edad. Sin embargo, no todo el auge del sector se le puede atribuir a la normatividad, ya que otros factores como el leve surgimiento de una clase media, el incremento poblacional, las facilidades de pago y la firma reciente de diversos tratados comerciales, que disminuyen el precio de las motos al favorecer la competencia, son situaciones que también impulsan el buen momento de la industria motociclista (Ver: Impacto Negativo de la Apertura Económica en Colombia: el Efecto de los TLCs).
