El lunes 7 de marzo el presidente de la república, Juan Manuel Santos, hizo público el nuevo estatuto aduanero, al respecto algunos sectores han expresado su beneplácito, mientras que otros han hecho referencias sobre lo nocivo que pueden ser algunas decisiones que incluye la normatividad. Sin duda alguna, el más beneficiado hasta ahora, según lo han dejado ver es el sector transportador de carga, esto incluye: fluvial, férreo, terrestre, aéreo y marítimo; pues el enfoque de este nuevo ordenamiento del gobierno radica en facilitar, controlar y crear confianza en factores relacionados al comercio exterior.
De esta forma se consolidan cuatro ejes de funcionamiento con la modificación que se presentó en el nuevo sistema aduanero, ellos son:
Mejoramiento en el sistema de administración de riesgos. Se busca generar competitividad, sin desmejorar los controles, para ello se clasifican las operaciones y operadores riesgosos y no riesgosos. y así determinar aquellos que requieran una mayor vigilancia.
Mejoramiento de la logística de comercio exterior. Donde se involucran todos los medios de transporte de carga, al tiempo que esta se da por anticipada, a nivel de documentación, de forma que cuando llegué solo se requiera la entrega o recibo. Bajo este parámetro se acondicionan los puertos y las áreas de cargue y descargue para evitar congestiones.
Agilizar y aminorar costos aduaneros. Se crean los registros y los sistemas de pago electrónicos, al igual que la revisión no intrusiva, a través de equipos de escáner, permitiendo que los despachos se hagan en un tiempo no mayor a 48 horas.
Cambios en la fiscalización. Se eliminan algunas sanciones y se recurre a la persuasión, se ampara la mercancía extranjera obtenida por el consumidor final, se modifican las cláusulas de aprehensión de mercancías y se le da fuerza a la propiedad intelectual.