Según datos del Banco Mundial, en 2019 Corea del Sur se posicionó como la doceava economía del mundo en términos de Producto Interno Bruto (PIB) agregado. Logró una producción total de $1,64 billones de dólares. De esta manera, es catalogado como un milagro económico. Pasó del grupo de países de ingreso bajo al de alto en una generación. Además, evadió la trampa de los países de ingreso medio. Pero ¿cuál es el secreto de su éxito? Una de las claves tiene que ver con el importante rol de los chaebols en su economía.
¿Qué son los Chaebols?
Los chaebols son grandes conglomerados empresariales que se caracterizan por tener presencia en distintos sectores de la economía. Sus compañías terminan, normalmente, integrándose verticalmente. Al mismo tiempo, cada una mantiene su independencia. Esta integración vertical incrementa su poderío económico. Esto se traduce no solo en altas concentraciones de mercado.
La palabra hace referencia a negocios de familia. En la práctica, se trata de conglomerados que pertenecen a pocas familias y que son manejados por un líder. Aunque en el papel los miembros de la familia no tienen cargos administrativos importantes ni mayoría en las acciones de las compañías. Algunos de los más conocidos son LG, Hyundai y Samsung.
¿Cómo Lograron su Auge?
Después de la Guerra de Corea (División de las Dos Coreas: Diferencias Que son Notorias Desde el Espacio), cuando el país alcanzó la independencia, el naciente estado surcoreano adelantó una serie de políticas económicas y financieras. Estas permitieron su mayor dinámica, con los conglomerados haciendo las veces de motor de crecimiento. El impacto de las políticas económicas fue tal que un número muy reducido de empresas participaba con cerca del 70% de las exportaciones totales del país en la década de los 70. Además, esto correspondía también a una alta participación en el PIB agregado. Es notable que son compañías que participan en el sector tecnológico. Esta participación les permite tener altos niveles de productividad. La productividad es, en últimas, la fuente primaria de crecimiento económico según la teoría económica (Hardware y Software).
Un ejemplo de la gran importancia económica que tienen estos conglomerados es Samsung Electronics. Sus operaciones representan cerca del 20% del PIB del país. Esto hace que cualquier situación económica o política que perturbe su funcionamiento tenga un impacto directo en la economía surcoreana.
Cuando los “Salvadores” se Salen de Control
En Corea del Sur, el final del siglo pasado estuvo marcado por una crisis económica que reveló los problemas que el milagro económico escondía. Los chaebols tenían un peso excesivo en la economía y sus manejos no siempre eran prudentes. Con el estallido de la crisis, los conglomerados dejaron de recibir ayuda del sistema bancario, llevándolos a la bancarrota. Fue tal la debacle, que el Fondo Monetario Internacional inyectó USD$57.000 millones en la economía surcoreana. Esta inyección fue para paliar los efectos de la crisis.
Este hecho causó que se adelantaran reformas para controlar la influencia y participación de los chaebols. Sin embargo, en la práctica su aplicación no es tan clara. En la actualidad, se habla del “problema del chaebol”, que resalta que el gran poder económico que los conglomerados tienen limita el crecimiento futuro de la economía surcoreana. Además, impide la competencia y la creación de nuevas empresas. Los escándalos de corrupción y sobornos en que se han visto implicados los chaebols no ayudan a mejorar su deteriorada popularidad.
Así las cosas, en un contexto en el que la crisis del Coronavirus causó un decrecimiento anual del 3,2% en el segundo trimestre del año, queda la duda frente a la viabilidad de reformas futuras. Estas reformas podrían transformar el capitalismo surcoreano en uno en el que la competencia de mercado sea fomentada.