Las tan polémicas corridas de toros parecen ser tema de nunca acabar, pese a que hay una gran cantidad de la población que se opone a esta práctica, recientemente en Bogotá, tras un fallo de la Corte Constitucional, se revive la práctica taurina.
Con la determinación que deberá acatar el alcalde Guatavo Petro, de retomar la actividad en la plaza de toros La Santamaría, además de generar una cantidad de críticas, también surge una pregunta, ¿realmente la industria taurina le aporta a la economía? Durante el tiempo en que regía el veto a las corridas en la plaza La Santamaría, un grupo de aficionados y toreros protestaban a las afueras, alegando que la práctica era su sustento y que movía positivamente la economía.
Teniendo en cuenta que en Colombia la “fiesta brava” solo se presenta a principios de año o por temporada, en ciudades como Medellín, Manizales, Cali y Bogotá; surge la duda de cuánto son las ganancias que mueven las corridas.
Realizar una corrida, requiere de una gran logística, es una industria que por temporada genera cerca de 15.000 empleos indirectos y 1.200 directos, entre las ganaderías y las empresas que se relacionan con el negocio. Se requieren, para cada corrida, acomodadores, banderilleros, dependientes de las taquillas, ganaderos, mayorales, mozos de espadas, monosabios, médicos de la plaza, novilleros, picadores, rejoneadores, toreros y subalternos, vaqueros y veterinarios.
A pesar de la oposición de un gran número de ciudadanos, las corridas de toros tienen una gran asistencia, cercana a los 15 mil espectadores, que financian, entre otras cosas, tres toreros, nueve banderilleros, seis picadores, tres ayudas y un puntillero por corrida. Además se debe contratar transporte para movilizar a los animales desde la ganadería hasta la plaza, dos caballos para el paseíllo, ocho más para las picas y dos para el arrastre final.
Para el caso de los toreros, la contratación de uno que llega del exterior puede superar los 150.000 dólares por actuación (unos 280 millones de pesos), mientras que un torero local percibe cerca de 20.000 dólares por corrida (38 millones de pesos).
Alrededor de esta actividad se benefician varios sectores directamente; por un lado, el correspondiente a medios radiales, impresos y televisivos y, por otro lado, el sector de imprentas que debe hacer lo propio en relación con las boletas. Además de los sectores que generan ganancias indirectamente, como es el caso del hotelero, que alberga un gran número de aficionados durante la temporada taurina.
Es una industria que, sin duda, genera millones de pesos por temporada, pero vale la pena cuestionarse si esto compensa una fiesta alrededor de la tortura. Y parece ser que es una pelea que no está cerca de cesar, pues mientras los pertenecientes a la industria defienden el espectáculo, sus detractores, sin desconocer el dinero que mueven, defiendan la vida y los derechos de los animales.