Una transición energética acelerada y sin una estrategia clara podría generar una caída de $38 billones en la economía nacional y la pérdida de 74.000 empleos. Esta es la principal advertencia del informe ‘Transición Energética de los Carbones Colombianos’, elaborado por la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón) y el Centro Regional de Estudios de Energía (Cree). El estudio subraya los graves riesgos fiscales, sociales y económicos que enfrentaría el país si no se planifica adecuadamente el proceso.
Según el análisis, citado por el diario El Tiempo, el impacto comprometería las finanzas públicas, ya que el recaudo de regalías e impuesto de renta representa cerca del 95,0% de los ingresos que recibe la nación por la producción de carbón. En departamentos como Cesar y La Guajira, estas regalías superan el 100% de sus ingresos corrientes, por lo que una transición abrupta comprometería la inversión en salud y educación. Carlos Cante, presidente de Fenalcarbón, afirmó que la estabilidad laboral y la inversión social en 132 municipios dependen de una transición bien planificada.
El informe propone que la propia industria del carbón sea la base para financiar una reconversión ordenada. Para ello, se plantea la creación de un fondo fiscal que mitigue los efectos negativos y el diseño de programas de reconversión laboral. El estudio también destaca la importancia económica del sector, que actualmente genera más de 55.000 empleos directos, con ingresos 2,6 veces superiores al promedio nacional y beneficia indirectamente a más de 250.000 personas. Colombia es el quinto exportador mundial de carbón térmico, y solo en 2022, las exportaciones del sector sumaron más de 8.100 millones de dólares.
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