El futuro del sector retail estará marcado por una profunda transformación impulsada por la tecnología y nuevos perfiles de consumidores. La inteligencia artificial (IA) se perfila como una herramienta tan fundamental como la electricidad para sostener las operaciones y personalizar la experiencia de compra. Sin embargo, su adopción enfrenta un desafío clave: la desconfianza del cliente.
Según un informe de Qualtrics, citado por el diario Occidente, el 51,0% de los consumidores teme perder el contacto humano en sus interacciones con las marcas debido a la IA. A esto se suma que un 43,0% desconfía del mal uso de sus datos personales y un 41,0% teme una calidad baja en las interacciones automatizadas. La tensión se refleja en una paradoja: mientras el 64,0% de los usuarios desea experiencias únicas y personalizadas, el 53,0% se muestra reacio a compartir su información privada.
Resolver esta desconfianza será crucial para un mercado donde la lealtad es cada vez más frágil. El informe de WGSN identifica cuatro nuevos perfiles de consumidores para 2026: los “Esperanzados”, que buscan bienestar y consumo ético; los “Autonomistas”, que priorizan la autoexpresión; los “Imparciales”, que valoran la transparencia radical; y los “Sinergistas”, que creen en la integración de tecnología con propósito humano. Para conectar con ellos, las marcas deberán evolucionar de un modelo transaccional a un ecosistema de experiencias que integre ocio, cultura y comunidad.
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