En el marco del Colombia Fashion Summit, expertos del sector destacaron que el país cuenta con una ventaja competitiva única en Latinoamérica: la capacidad de integrar toda su cadena de valor en tan solo cuatro semanas. Este tiempo de respuesta es menor al de competidores como Turquía, que requiere de seis a ocho semanas, o Europa, donde el proceso puede tardar hasta seis meses. La agilidad posiciona a la industria nacional en un lugar privilegiado para capitalizar las nuevas demandas del mercado global.
Durante el evento, se enfatizó que el consumidor actual es más exigente, menos fiel y busca marcas con propósito y transparencia. En este contexto, la sostenibilidad ha dejado de ser una estrategia de marketing para convertirse en un modelo de negocio integral y un requisito para la supervivencia empresarial. Se señaló que, en tiempos de crisis, el sector de la moda es uno de los primeros en verse afectados, como lo demuestra la reciente caída en ventas de marcas de lujo como Gucci (-12,0%) y Louis Vuitton (-2,0%).
Los líderes del sector coincidieron en que capitalizar la ventaja productiva de Colombia bajo un plan de sostenibilidad es clave. Lo anterior no solo permitiría al país ser más autosuficiente, sino también proyectarse como un exportador de moda de clase mundial. Para ello, es fundamental que las marcas demuestren una coherencia total entre su discurso y sus operaciones, cubriendo desde la cadena de suministro hasta el diseño del producto y las prácticas laborales, en un entorno donde el consumidor vigila y exige transparencia.
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