La hortensia se ha posicionado como un cultivo estratégico para la floricultura colombiana, impulsando una transición del sector hacia un modelo de agricultura regenerativa. Esta especie no solo ha ganado terreno en los mercados internacionales, sino que también ha demostrado ser clave para restaurar suelos y optimizar el uso del agua.
Según un informe del diario Portafolio, la hortensia representa el 16,5 % del área total cultivada en flores en el país, y Antioquia concentra el 97,0 % de su producción nacional. Este crecimiento se da en un contexto en el que el sector floricultor colombiano mantiene su liderazgo global, con exportaciones en el primer semestre de 2025 que superaron los USD 1.400 millones, un 10,0 % más que en el mismo período del año anterior.
El auge de la hortensia ha sido un catalizador para la adopción de prácticas sostenibles. En el oriente antioqueño, la implementación de técnicas de agricultura regenerativa ha mostrado resultados verificables. Según la Global Farmer Network (GFN), el compostaje de residuos vegetales ha incrementado la materia orgánica del suelo en un 9,8 % en menos de un año. Adicionalmente, la captación de aguas lluvias y el uso de sensores de humedad han optimizado el recurso hídrico, respondiendo a los desafíos ambientales y a las exigencias de trazabilidad de los compradores internacionales. El sector floricultor genera alrededor de 200.000 empleos directos e indirectos en el país.
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