El sector de la economía solidaria se ha consolidado como un actor fundamental en el desarrollo económico de Colombia, alcanzando una contribución del 4,0% al Producto Interno Bruto (PIB) nacional. El sistema está compuesto no solo por cooperativas de producción, sino también por 173 entidades de ahorro y crédito, fondos de empleados y asociaciones mutuales que fomentan la inclusión financiera, especialmente en las regiones más apartadas del país.
De acuerdo con La República, el sector presenta un balance financiero sólido con un crecimiento histórico en los últimos dos años, registrando un aumento del 9 % en patrimonio y del 35,0 % en excedentes, los cuales cerraron junio en $600.000 millones. Navarro destacó que, a corte de junio, el ahorro total creció un 22,0 %. Además, bajo el “Pacto por la Democratización del Crédito”, se han desembolsado más de 70.000 préstamos productivos por un valor superior a los $800.000 millones, beneficiando mayoritariamente a personas de estratos 1, 2 y 3, incluyendo a cerca de 600.000 mujeres cabezas de familia.
En materia de vigilancia, la Superintendencia informó que actualmente 3.800 cooperativas reportan información, superando el rezago administrativo anterior. La entidad subrayó un cambio en su política de intervenciones, enfocándose ahora en la recuperación de empresas en lugar de su liquidación para convertirlas en un negocio. Como resultado de esta estrategia, ya se devolvió la Cooperativa de Caficultores del Tolima a sus asociados y se proyecta reintegrar al menos tres de las seis cooperativas actualmente intervenidas antes de finalizar el actual periodo de gobierno.
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