A partir de diciembre, el sector transporte en Colombia enfrentará un desafío económico considerable con el incremento proyectado en el precio del Gas Natural Vehicular (GNV). Se estima que el ajuste tarifario podría alcanzar un alza del 30,0 %, afectando directamente la estructura de costos de más de 645.000 automotores que operan con este combustible en el territorio nacional, incluyendo taxis, sistemas de transporte masivo, flotas de carga y vehículos particulares, con un impacto mayoritario en las zonas del interior del país y el Valle del Cauca.
Según Portafolio, este encarecimiento obedece al vencimiento masivo de contratos de suministro que contaban con tarifas preferenciales, lo que obliga a los distribuidores a renegociar bajo condiciones de mercado más volátiles y con una mayor dependencia del gas importado. El exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, advirtió que el efecto inflacionario no se limitará al parque automotor, pues los usuarios residenciales, particularmente en la región Caribe, también percibirán el impacto de los altos precios internacionales, sumándose a los aumentos superiores al 20,0 % que ya se han registrado en el interior de la nación.
La dinámica del mercado energético ha entrado en una fase de incertidumbre caracterizada por la firma de contratos de corto plazo (trimestrales o incluso semanales), sustituyendo las tradicionales negociaciones anuales. Se prevé que las facturas reflejen este golpe financiero a partir de enero para el sector industrial y los transportadores, mientras que los hogares sentirían el ajuste pleno entre finales de enero y febrero, situación que presionará al alza los fletes de transporte y, consecuentemente, el costo de vida general.
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