Estados Unidos se encuentra al borde de una crisis en su cadena de suministro de alimentos, con productores agrícolas y expertos advirtiendo sobre posibles desabastecimientos y aumentos de precios. La situación se debe a que recientes redadas migratorias están paralizando la producción de alimentos por la escasez de mano de obra.
Según la revista Semana, las asociaciones agrícolas han reportado un clima de miedo generalizado entre los trabajadores, lo que ha provocado ausencias masivas que ponen en riesgo las cosechas y los procesos esenciales. En el condado de Ventura, California, entre el 25,0% y el 45,0% de los trabajadores agrícolas dejaron de ir a trabajar tras redadas en campos de fresas, limones y aguacates. De manera similar, en Nebraska, una redada en una planta avícola resultó en la detención de 74 trabajadores, lo que redujo la producción en un 80,0%.
Las implicaciones de esta situación incluyen potenciales alzas de precios, una menor variedad y una mayor inestabilidad en el suministro de alimentos frescos para los consumidores. La problemática resalta el dilema entre la aplicación de las políticas de inmigración y el mantenimiento de un sistema alimentario estable.
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