El fenómeno de La Niña continúa siendo motivo de preocupación para el sector agropecuario colombiano, especialmente en las regiones Andina y Caribe. Aunque actualmente se vive un periodo de transición entre El Niño y La Niña, las predicciones de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) anticipan una intensificación de las lluvias durante el segundo semestre de 2024. Este aumento de precipitación podría afectar significativamente las áreas agropecuarias, en particular aquellas con suelos agrícolas vulnerables al exceso hídrico.
Las condiciones climáticas húmedas previstas para los próximos meses podrían favorecer la aparición de enfermedades y afectar la floración de cultivos permanentes, especialmente en zonas con niveles freáticos elevados. Según la Upra, aproximadamente el 11% del área con aptitud agropecuaria presenta un riesgo bajo a medio debido al exceso hídrico, y un 14,8% del área dedicada a la Agricultura Campesina Familiar y Comunitaria (Acfc) enfrenta riesgos similares.
No obstante, estas condiciones también podrían ser beneficiosas para ciertos cultivos. La transición hacia La Niña podría revertir los patrones de lluvias deficitarias del primer semestre, ofreciendo una mayor suficiencia hídrica para los cultivos transitorios durante los próximos periodos de siembra. Este cambio es especialmente relevante para los productores que dependen de las lluvias para garantizar una buena cosecha.
La instauración completa de La Niña se espera entre agosto y octubre, con una probabilidad de entre 70% y 81%, y se prevé que el fenómeno se prolongue hasta el primer trimestre de 2025.
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