El panorama del sector agrícola en Colombia, revelado por el DANE la semana pasada, despierta preocupaciones y expectativas. A pesar de un modesto crecimiento del 1,8% en comparación con 2022, la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, destaca un repunte del 6% en el último trimestre, señal de una recuperación significativa.
Sin embargo, Indalecio Dangond, gerente de Credifomento, arroja luz sobre la realidad subyacente. Atribuye el modesto crecimiento a deficiencias en las políticas de fomento agropecuario, evidenciadas por la caída de los créditos en más de $3,9 billones respecto al año anterior, la falta de una política pública de incentivo a la productividad, la concentración en la reforma agraria y el bajo presupuesto de inversión.
A pesar de los desafíos, tanto Mojica como Dangond vislumbran oportunidades para el sector en el nuevo año. El presupuesto para el Ministerio de Agricultura se duplicó en 2024, alcanzando los $9,1 billones. Mojica enfatiza que gran parte de este presupuesto se destinará a inversión directa en agricultores y productores, así como a acelerar la compra de tierras y realizar cambios estructurales en las entidades de desarrollo rural.
Por otro lado, Dangond sugiere medidas adicionales para impulsar el sector, como facilitar la importación de semillas productivas, brindar coberturas de precios futuros a través de la Bolsa Mercantil de Colombia, subsidiar tasas de interés y promover buenas prácticas agrícolas y emprendimiento rural.
El aumento en la producción de café, cultivos agrícolas y pesca es alentador, aunque la caída del subsector madera plantea desafíos adicionales. La colaboración entre el gobierno, el sector privado y los agricultores será fundamental para aprovechar el potencial agrícola de Colombia y garantizar un crecimiento sostenible en el sector en los próximos años.
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