El fenómeno de La Niña ya comenzó a impactar las vías y la frontera agrícola de Colombia. La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd) ha lanzado un plan de respuesta para enfrentar la situación. Aunque la temporada de lluvias aún no ha iniciado, el Gobierno ya ha reportado varias emergencias, con proyecciones de pérdidas materiales de hasta $20 billones debido a los aguaceros previstos entre agosto y septiembre.
La Unidad de Planeación Rural y Agropecuaria, en su informe agroclimático de junio, indica que, entre junio y agosto, el 25% del área con aptitud agropecuaria tiene un riesgo bajo de exceso hídrico. Entre septiembre y noviembre, el riesgo será bajo y moderado en el 24% y 5% del área agrícola, respectivamente, con el norte y centro del país siendo las zonas más vulnerables.
Estas condiciones lluviosas aumentan el riesgo de enfermedades y pueden afectar la floración de cultivos perennes, especialmente en suelos con altos niveles freáticos y alta vulnerabilidad a excesos hídricos, como las zonas aluviales. La probabilidad de consolidación de La Niña entre julio y septiembre es del 65%, y se espera que esta condición dominante continúe el resto del año con probabilidades entre 75% y 85%, según el Ideam.
El trimestre junio-agosto, usualmente de menos lluvias en la región Andina y el Caribe oriental, verá un aumento de precipitaciones en áreas agrícolas de estas regiones. En la Orinoquia y la región Pacífica, es la temporada de lluvias. En la amazonía, las lluvias disminuyen, exceptuando el Piedemonte y el trapecio amazónico, donde continúan.
Esta situación puede causar efectos adversos en cultivos y sistemas productivos agropecuarios debido a problemas como la anoxia (falta de oxígeno en el suelo) y la proliferación de enfermedades.
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