Un 2023 con mayores presiones geopolíticas, incremento en ciberataques, desastres naturales por efecto de cambio climático, alta inflación, decrecimiento económico, depreciación del peso y tasas de interés elevadas; podrán ser la combinación para que gran cantidad de empresas enfrenten una situación de liquidación.
Al enfrentar estos desafíos algunas empresas comenzarán a entrar en una etapa de declive, que, si no se corrige, puede terminar en una liquidación. Antes de pensar en cerrar las operaciones empresariales, existen alternativas como el reperfilamiento de deudas, la reestructuración de las mismas, un acuerdo con proveedores y la reorganización empresarial.
La reorganización es un “salvavidas” que busca mantener el tejido empresarial y salvaguardar el empleo en momentos donde la salud financiera de las organizaciones no es la mejor.
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