El mensaje electoral en 2022, cuando fue la segunda vuelta presidencial, fue que el país quería un cambio drástico en la manera en que se dirige la nación. Para 2026, probablemente la idea sea la misma, pero que el cambio se haga con gente capaz.
La democracia es participación, pero, tener más de 25 candidatos a la carrera presidencial de 2026 ¿habla bien o mal del liderazgo?. Por un lado, puede mostrar que ya no existe una capacidad abrumadora de mover masas; pero, por otra, da la posibilidad al electorado de elegir entre la diversidad de caminos ante la insatisfacción por la incompetencia con la que se ha dirigido el país.
En 2026 vamos a recibir un país pobre, inseguro y lleno de agravios; lo que implica buscar un propósito básico que una a la población, el cual debe estar basado en el desarrollo.
En Colombia es complejo materializar un pensamiento político que una debido a que llevamos más de 70 años en guerra.
La economía colombiana va a tener un rebote relevante, pues viene creciendo históricamente al 3 % y le pusieron más cargas recientemente por las mayores tasas de interés y la incertidumbre política con el gobierno actual. Sin embargo, esas cargas próximamente se van a liberar, lo que nos va a permitir crecer de mejor manera.
“En tiempos de rebote, el que salta primero llega más lejos”, Juan Daniel Oviedo
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