¿Debe un directivo informar sobre sus problemas de salud al interior de la compañía? ¿Se invade la privacidad del ejecutivo?, son algunas preguntas que surgen cuando la más alta figura corporativa se ausenta por un tiempo de la compañía.
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El estado físico y mental de un directivo es fundamental en el día a día de una organización para el correcto funcionamiento, lo que puede determinar el camino de un negocio o su cierre en segundos. Lea también: ¿Es Buena Idea Contratar al CEO de la Competencia?
La condición de salud, en teoría, debería ser de alta importancia para las empresas, máxime cuando se habla de su CEO. Si se trata de una situación de gravedad y no se comunica a tiempo a los empleados e inversionistas se puede generar un ambiente de incertidumbre, el cual puede dañar el clima de la organización.
Más allá de que sea necesario dar la noticia o no, lo importante es tener un correcto plan de sucesión y respaldo para tomar medidas precisas e inmediatas, sin dar espacio a dudas por parte de las personas encargadas.
El caso de Steve Jobs, que descubrió que padecía cáncer de páncreas en 2004, es un claro ejemplo de esto. En ese entonces, el mismo Jobs reveló la noticia. Posteriormente, se ocultaron detalles sobre el estado de salud del fundador de Apple, lo que desató frustraciones entre los inversionistas dada su importancia en la empresa. Le podría interesar: Prepárese para ser el Director de la Empresa desde su Actual Cargo
Una situación similar sucedió con el CEO de SAP, Bill McDermott, líder mundial en software, que en 2010 sufrió un accidente en su ojo izquierdo. SAP manifestó a sus empleados que McDermott habría sufrido un accidente, pero no precisó detalles, hasta que el mismo director concedió algunas entrevistas en las que explicó cómo sucedió el accidente.
Según expertos y consultores, un buen momento para dar a conocer una situación de alta complejidad, como el estado de salud de un directivo, es cuando se anuncian cifras de crecimiento o números positivos para la empresa, ya que así los inversionistas mantendrán la tranquilidad y perspectiva de cara al futuro.
Las compañías deben estar listas para cualquier acontecimiento y tener un conducto regular establecido para cuando la cabeza de la organización no se encuentre disponible para ejercer sus funciones plenamente, ya sea por un tiempo prolongado o corto. Por su parte, la actitud del CEO debe tener un nivel de compromiso alto, estar al tanto de las situaciones alrededor de la compañía y balancear la tensión inherente entre tener completa responsabilidad, pero control limitado al estar ausente. El CEO debe prever también las posibles situaciones, y relacionar las estrategias desde la dirección, a las metas de los empleados. Lea: Señales que Indican que su Jefe lo Quiere Fuera