El brote del Coronavirus en China y su posterior expansión alrededor del mundo ha implicado que las inversiones en el marco de la Nueva Ruta de la Seda se detuvieran (La Franja y la Ruta: ¿Acuerdo de Cooperación Internacional o Cambio en la Hegemonía Mundial?). En este contexto, los países que recibieron préstamos por parte de China para adelantar las mencionadas inversiones han manifestado que tienen dificultades para cumplir con las obligaciones adquiridas, poniendo en riesgo el éxito del proyecto. Un agravante de esta situación es que muchas naciones deudoras, particularmente las ubicadas en África, ya eran de alto riesgo antes de la pandemia.
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Además de vencer los bloqueos que impone Estados Unidos, la iniciativa de la Franja y la Ruta debe enfrentar las amenazas asociadas al impacto del coronavirus en el mundo (El Efecto de las Enfermedades Virales en la Economía Global ‘Coronavirus’), pues las finanzas de los países que recibieron los préstamos chinos se encuentran debilitadas e incapaces de asumir las obligaciones asociadas a estas deudas. En este contexto, China se encuentra en una encrucijada: de un lado, si renegocia los préstamos otorgados podría generar presiones en su sistema financiero y, en últimas, en su economía real, la cual también se ha visto golpeada por la pandemia. De otro lado, si no hay ninguna renegociación, recibiría fuertes críticas a nivel mundial, especialmente, por parte de los países que se opusieron al proyecto argumentando que se trataba de una especie de trampa de deudas.
Pese a los inmensos retos que la pandemia supone para la Nueva Ruta de la Seda, también representa una oportunidad para el desarrollo de otros dos pilares añadidos al proyecto en 2017: las Rutas de la Seda Digital y de la Salud. Estos dos nuevos frentes, que incluyen construcción de infraestructura de telecomunicaciones, hospitales y afines, se han acelerado en estos tiempos.
Así las cosas, dado que la Nueva Ruta de la Seda se trata de uno de los proyectos más ambiciosos en materia económica y de diplomacia del Gobierno Chino, no hay expectativas de que la pandemia lo frene completamente, aunque sí lo puede ralentizar. Las condiciones geopolíticas y económicas de China lo pueden llevar a renegociar algunas deudas y a darle más fuerza a otros frentes, sobre todo, mientras la economía mundial se recupera del duro golpe que la pandemia le ha propinado.