El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP), es un pacto multilateral de libre comercio que suscribieron en 2005 Chile, Brunéi, Nueva Zelanda y Singapur. Desde entonces, otros ocho países de la cuenca del Pacífico, Australia, Malasia, Perú, Vietnam, Estados Unidos, México, Canadá y Japón venían contemplando su adhesión y discutiendo los parámetros. A comienzos de octubre del presente año, se dio a conocer que los 12 países negociadores lograron un pacto y el TPP está listo.
Fuente: www.freeimages.com Autor: Leonard Thury
La iniciativa, que reúne al 40% de la economía mundial, ha sido promovida por los gobiernos con la promesa de desmontar barreras arancelarias y fomentar la inversión. “Esta asociación nivela el campo de juego para nuestros campesinos, rancheros y manufactureros, al eliminar más de 18.000 impuestos que varios países ponen a nuestros productos”, explicó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El primer mandatario estadounidense ha reconocido en varias ocasiones que el acuerdo es una forma de impedir que China imponga las pautas de la economía, sobre todo en Asia Pacífico. Sin embargo, el proceso de negociación ha sido criticado pues aún no se ha hecho público el texto del acuerdo.
El acuerdo aún tiene que pasar por las aprobaciones locales. Según el Washington Post, habría por lo menos tres meses de debate en el Congreso de Estados Unidos, con la salvedad de que en junio pasado Barack Obama consiguió la “fast-track authority”, que implica que el presidente puede negociar un acuerdo comercial y el congreso lo aprueba o desaprueba, pero sin enmiendas ni obstruccionismo.
Este pacto ha sido muy polémico. Luego de más de cinco años de negociaciones secretas, el TPP ayuda a reducir impuestos en hasta 18.000 productos de EE UU en las economías de la región, por lo que los fabricantes estadounidenses podrán competir más fácilmente en el extranjero. Pero además de los aranceles comerciales, Washington ha impuesto un nuevo plazo en la exclusividad de las fórmulas empleadas para crear medicamentos que tratan enfermedades como el cáncer. Los detractores del acuerdo aseguran que, si se amplían los plazos de exclusividad que impiden que otras casas farmacéuticas investiguen con la misma información para crear medicamentos genéricos, subirán los costos y dejarán los tratamientos fuera del alcance de los ciudadanos en las naciones más pobres.
Por su parte, Colombia no hace parte de esta alianza, tras no unirse al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Camilo Reyes Rodríguez, Director Ejecutivo de AmCham Colombia, afirma que para el país ha sido una frustración de su política exterior no poder hacer parte del TPP. “En este momento se genera una expectativa para que con el apoyo de Estados Unidos, México, Chile y Perú, que sí son miembros, Colombia sume esfuerzos y pueda eventualmente ingresar a este pacto global. Sin embargo, no debería generarse una gran afectación en la medida que el país haga uso de todas las herramientas con que cuenta hoy día y que le representan una nivelación de la cancha de juego, tales como la Alianza del Pacífico, el TLC con Estados Unidos, los avances que ha logrado en el tratado con Corea y Japón, y los esfuerzos que sigue haciendo para tener nuevos acuerdos de libre comercio con otros países de Asia”, ha puntualizado Reyes.
*Artículo desarrollado con información de El País de España y El Espectador