La búsqueda de soluciones para enfrentar el cambio climático y reducir las emisiones de CO2 ha llevado al mundo hacia una era de energías renovables y tecnologías limpias. Sin embargo, detrás de este cambio se esconde una realidad poco conocida pero fundamental: la dependencia de minerales críticos. Esta demanda se centra cobre, níquel, litio y tierras raras, esenciales para la fabricación de tecnologías verdes, como paneles solares, vehículos eléctricos y turbinas eólicas.
China, como el mayor productor y consumidor de minerales críticos, ha dominado históricamente este mercado. Sin embargo, otros países latinoamericanos como Chile y Perú también desempeñan roles clave debido a su abundancia en cobre.
Colombia, aunque aún en etapas tempranas, está emergiendo como un jugador en este panorama. Con yacimientos significativos de níquel y potencial en cobre, el país está posicionado para capitalizar la creciente demanda mundial de minerales críticos. Además, su diversificación geográfica ofrece oportunidades para la expansión de la industria minera en regiones como la región Caribe y Antioquia.
Sin embargo, la extracción de estos minerales no está exenta de desafíos, la necesidad de desarrollar infraestructura, cumplir con normativas ambientales y sociales, y enfrentar el tiempo prolongado de desarrollo de nuevas minas son sólo algunos de los obstáculos a superar.