Para el segundo periodo de producción de 2017, contado hasta el mes de septiembre, el registro de la cosecha de cereales fue de 830 mil toneladas, un 9,9% menos que el registrado en el mismo periodo de 2016. Cabe aclarar que esta cifra incluye seis tipos de cereales: soya, cebada, maíz, sorgo, trigo y avena, siendo el de mayor participación el maíz, que a su vez agrupa el blanco y el amarillo.
Fuente: Fenalce
La caída en la producción de cereales se explica desde cuatro puntos de vista específicos. Por un lado, las fallas registradas bajo el Plan Colombia Siembra, que busca ampliar el área sembrada y la producción, pero no logra absorber la totalidad. Esta situación sucedió con el arroz y dejó al sector al borde la crisis. El segundo punto está relacionado con los Tratados de Libre Comercio, que facilitan el ingreso al país de cereales a precios irrisorios, poniendo en riesgo la economía de los campesinos nacionales.
Por otro lado, el cereal más cultivado en Colombia, el maíz, también presentó problemas en los niveles de precios. Según la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Fenalce, al evaluar en profundidad el TLC entre Colombia y Estados Unidos, surgen las primeras anomalías sobre las condiciones bajo las cuales se estableció dicho acuerdo.
El gremio afirma que descubrieron que la Coordinación de los Servicios del Laboratorio de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, entidad adscrita a la DIAN, había radicado en junio de 2017 un pronunciamiento ante el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en el cual se indicaba que la clasificación arancelaria del maíz dentado amarillo que ingresó al país se estaba realizando por una subpartida contraria a la que los importadores declararon.
El hecho causa alarma por dos razones. La primera, es que a la moneda actual, el fisco ha dejado de percibir cerca de 1,25 billones de pesos, es decir, 0,25 billones anuales. La segunda, es que la normatividad indica que el maíz importado y el nacional se deben vender al mismo precio, teniendo como referencia el precio del grano importado. Lo anterior explica que bajo la subpartida arancelaria que están registrando, los importadores han logrado vender a más bajo precio el maíz amarillo duro, obligando a que los productores internos también tengan que vender más barata su producción, ocasionando pérdidas.
En cuanto a las expectativas del sector, las previsiones de la FAO apuntan a una mayor demanda de cereales, en especial de trigo y arroz, al tiempo que el consumo de cereales secundarios para la alimentación de animales también alcanzaría un máximo histórico. Esta situación conduciría a que la existencia mundial de cereales alcance su punto más alto: 719 millones de toneladas, un 2% más que los niveles en la apertura de las temporadas actuales. La entidad espera que los inventarios de trigo en la Federación de Rusia y los inventarios de maíz en Brasil aumenten notablemente.
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