- El país alberga 311 tipos de ecosistemas y se posiciona como el más biodiverso por kilómetro cuadrado en el mundo, con un 53,0% de su territorio cubierto por bosques.
- Con un enfoque en sostenibilidad, Colombia impulsa la transición hacia energías renovables y la preservación de su riqueza biológica para enfrentar los desafíos climáticos y ambientales globales.
La COP16 Conferencia sobre Biodiversidad, celebrada recientemente en Colombia, ha sido una oportunidad para consolidar el país como potencia mundial en la conservación de la biodiversidad y su relación con la agenda climática global. Con el lema “Paz con la Naturaleza”, esta COP ha impulsado la reafirmación de Colombia como líder en la protección de la vida y sus ecosistemas. En este marco, el Gobierno nacional ha presentado su Plan de Acción de Biodiversidad al 2030, reafirmando su compromiso de enfrentar los desafíos ambientales y destacar su riqueza biológica como un recurso vital para el equilibrio ecológico global y la sostenibilidad del país.
Aunque Colombia no se encuentra entre los mayores emisores de Gases de Efecto Invernadero (GEI), ocupa el tercer puesto en emisiones de GEI en Centro y Suramérica. A nivel global, el país aporta alrededor del 0,5% de las emisiones totales de CO₂ equivalente, siendo el sector energético y el uso de combustibles fósiles sus principales fuentes de contaminación. Esta cifra representa una suma considerable que, junto con otros países de bajas emisiones, compone el 22,0% de las emisiones globales, un porcentaje que requiere gestión para reducir el calentamiento global.
A nivel de biodiversidad, Colombia es el país más biodiverso por kilómetro cuadrado en el mundo, contando con 311 tipos de ecosistemas continentales y marinos, y con un 53,0% de su territorio cubierto por bosques. Estos ecosistemas no solo regulan el clima y capturan CO₂, sino que albergan una amplia variedad de especies. Por ejemplo, en aves, Colombia es el país con mayor diversidad a nivel global, según el listado de Global Big Day 2024, con 1.558 especies registradas. Además, el país tiene la mayor variedad de colibríes en el mundo, con más de 170 especies, y es hogar de más de 4.250 especies de orquídeas. La biodiversidad colombiana representa no solo un gran patrimonio natural, sino también un recurso vital que el país ha asumido la responsabilidad de proteger.
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Para enfrentar estos desafíos, Colombia ha adoptado varias estrategias y políticas ambientales que buscan no solo reducir la contaminación, sino también preservar la biodiversidad y garantizar la sostenibilidad del país. La participación en el Acuerdo de París, el lanzamiento del Plan de Acción de Biodiversidad al 2030 y la reciente ley contra los plásticos de un solo uso son algunos ejemplos de estas iniciativas.
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Durante la COP28 en Arabia Saudita, el Gobierno colombiano firmó el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, comprometiéndose a reducir gradualmente su producción y consumo de petróleo, carbón y gas. Este compromiso impulsa la transición hacia fuentes de energía renovable, particularmente en el desarrollo de energía solar y eólica. A nivel de conservación, el país ha establecido 63 Parques Nacionales Naturales que cubren 20 millones de hectáreas y albergan especies únicas de fauna y flora, consolidándose como uno de los mayores patrimonios de biodiversidad del mundo.
En el ámbito empresarial, diversas compañías colombianas han comenzado a adoptar prácticas sostenibles que se alinean con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los compromisos de descarbonización global. Compañías como Grupo Sura, Promigas, y Grupo Argos son pioneras en este ámbito, demostrando que las prácticas ambientales sostenibles también pueden ser parte del desarrollo empresarial.
El Plan de Acción de Biodiversidad 2030 incluye la meta de incrementar al 34,0% el área protegida en el territorio nacional y restaurar cinco millones de hectáreas hacia modelos productivos sostenibles. Asimismo, Colombia ha comenzado a implementar el concepto de bioeconomía, que busca utilizar la biodiversidad como un motor de crecimiento económico y generar empleos verdes en áreas rurales, asegurando que los beneficios de esta biodiversidad contribuyan al bienestar de las comunidades locales.
La COP16 presenta un momento para fortalecer las políticas ambientales de Colombia y avanzar en la conservación de sus recursos naturales. Aunque los compromisos adquiridos son importantes, el país enfrenta desafíos, en particular, la transición hacia una economía más sostenible y la lucha contra la deforestación. Las metas para 2030 requieren de un esfuerzo coordinado entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil para lograr un desarrollo económico y social que respete y proteja el entorno natural.