A principios de 2022, con el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania, una predicción resonó en el mundo financiero: la guerra sería el catalizador definitivo para la adopción masiva de criptomonedas. La premisa era lógica: un activo digital, sin fronteras y resistente a la censura, parecía la herramienta perfecta en un escenario de sanciones económicas y crisis humanitaria.
Tres años después, en 2025, podemos analizar con perspectiva qué tan acertada fue esa predicción. Si bien el conflicto fue un punto de inflexión que demostró casos de uso únicos, el camino hacia la adopción global ha sido mucho más complejo, influenciado por la regulación, la madurez del mercado y la entrada de actores institucionales.
El Doble Papel de las Cripto en la Guerra: Sanciones y Crowdfunding
El conflicto demostró de inmediato la dualidad de la tecnología blockchain:
- Ucrania y el Crowdfunding Humanitario: El gobierno ucraniano y ONGs recibieron cientos de millones de dólares en donaciones a través de criptomonedas como Bitcoin y Ethereum. Esta fue una prueba de concepto a escala masiva, demostrando la capacidad de las cripto para movilizar fondos de forma rápida y transparente a través de las fronteras en tiempos de crisis.
- Rusia y la Evasión de Sanciones: Por otro lado, Rusia exploró el uso de activos digitales para eludir las duras sanciones económicas, como la expulsión de bancos clave del sistema SWIFT. Aunque no se convirtió en su única vía de escape, la amenaza obligó a los reguladores globales a acelerar las conversaciones sobre el control de las transacciones con criptoactivos.
Más Allá del Conflicto: La Llegada de la Inversión Institucional
Si bien la guerra fue un evento mediático clave, el factor que verdaderamente cambió las reglas del juego para la inversión fue la aprobación de los ETFs (Fondos Cotizados en Bolsa) de Bitcoin al contado en Estados Unidos.
Este hito, materializado en 2024, abrió las puertas para que grandes fondos de inversión, asesores financieros y el público general pudieran invertir en Bitcoin de forma regulada y sencilla a través de sus brokers tradicionales. Este evento ha sido el principal motor del interés institucional, superando el impacto a largo plazo de la narrativa geopolítica.
Adopción en Mercados Emergentes: Una Necesidad, No una Especulación
El informe Geography of Cryptocurrency de Chainalysis sigue demostrando año tras año una tendencia clara: la adopción de criptomonedas es más fuerte y fundamental en los países emergentes.
Mientras que en Norteamérica y Europa el motor principal es la inversión institucional (gracias a los ETFs), en regiones como Latinoamérica, África y el Sudeste Asiático, los ciudadanos recurren a los criptoactivos para:
- Preservar sus ahorros frente a la devaluación de sus monedas locales.
- Enviar y recibir remesas de forma más económica y rápida.
- Acceder a servicios financieros en países con una baja bancarización.
Esta adopción “de base” sigue siendo el pilar más sólido del crecimiento del ecosistema a nivel global.
El Panorama Cripto en Colombia y Latinoamérica en 2025
La situación en Latinoamérica ha evolucionado significativamente desde 2022:
- Colombia: El proyecto piloto “sandbox” de la Superintendencia Financiera, que finalizó en 2022, fue solo el primer paso. Desde entonces, el Congreso ha debatido varios proyectos de ley (como el Proyecto de Ley 139 de 2023) buscando crear un marco regulatorio claro para los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV). Aunque en 2025 la regulación final sigue en construcción, la conversación ha madurado y la colaboración entre las fintech y los bancos es cada vez más común, superando la fase experimental.
- El Salvador: Su apuesta por el Bitcoin como moneda de curso legal sigue siendo un experimento observado de cerca, con resultados y opiniones divididas sobre su impacto real en la economía nacional.
- Brasil y Argentina: Ambos países han avanzado notablemente en sus marcos regulatorios. Brasil ya cuenta con una ley que define las directrices para el sector, mientras que Argentina, impulsada por su alta inflación, ve una adopción masiva a pesar de la incertidumbre regulatoria.
De la Reacción Geopolítica a la Integración Financiera
En retrospectiva, el conflicto ruso-ucraniano no fue el único inductor para la adopción cripto, pero sí fue un poderoso acelerador que expuso sus fortalezas y debilidades ante el mundo.
Hoy, en 2025, el ecosistema cripto es menos dependiente de un solo evento geopolítico y se sustenta en tres pilares:
- Inversión institucional, legitimada por productos regulados como los ETFs.
- Adopción de base en mercados emergentes como solución a problemas reales.
- Un camino progresivo hacia la claridad regulatoria en países como Colombia.
El futuro de las criptomonedas ya no depende de si habrá una crisis, sino de cuán bien se integran en el sistema financiero global existente.