La mayor autoridad en estabilidad financiera, Christine Lagarde, Directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), dio su opinión sobre el sistema bancario europeo en Agosto e instó a la Unión Europea a comprometerse con una recapitalización inmediata de 200 billones de euros.
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La respuesta desde todos los niveles europeos fue totalmente negativa. Lo cierto es que Lagarde tenía total conocimiento de lo que hablaba: hasta julio 5 era la ministra de Finanzas de Francia. Había visto los libros, y los libros estaban mal. Debido a la inacción europea, el FMI incrementó en octubre 18 sus estimaciones de recapitalización de 200 a 300 billones de euros (USD 274 billones a USD 410 billones).
El colapso a principios de octubre del banco franco-belga Dexia, una de las mayores instituciones del norte de Europa, cuya caída dinamitó la confianza europea. Hoy, los europeos ponen en entredicho su sistema bancario. La reunión de ministros del pasado octubre 21 y la de líderes el 23, están dedicadas a este tema. Ahora la discusión se centrará del sistema en bancario en el contexto de la deuda soberana.
Un ejemplo de esto es la crisis griega. La primera razón por la que Grecia no cesado pagos en su deuda de casi 400 billones de euros es que el resto de la zona euro no está forzando a Grecia a implementar en su totalidad las medidas de austeridad acordadas. Retrasar los tramos de ayuda como castigo podría provocar un ‘default’ inmediato y una reacción en cadena en toda Europa. Condenar la inacción de Grecia mientras se le sigue pasando un paquete de ayudas es uno de los patrones de la crisis europea. En la mente europea –especialmente de los países del norte- está la idea de que unos pocos países pequeños que tomaron malas decisiones son los responsables de la crisis de deuda, y mientras la crisis puede expandirse a los bancos como consecuencia, los bancos estarían bien si los países hacen su tarea.
Este supuesto es incorrecto. Si se quiere, los bancos europeos están tan mal como los gobiernos que los regulan. Al evaluar un problema de tal magnitud, se puede ver el problema como lo ven los europeos –que el mayor problema de los bancos es su exposición a la deuda soberana-.
El problema del contagio estado-banco es bastante sencillo dentro de las fronteras nacionales. Como regla, el mayor comprador de deuda de cualquier gobierno europeo son los bancos localizados en éste. Si un gobierno se quiebra o es forzado a cesar los pagos de su deuda parcialmente, su caída provocará la caída de la mayoría de sus bancos. De hecho, Grecia es un ejemplo perfecto de esto. Hasta la entrada de Grecia a la UE en 1981, las instituciones oficiales dominaban el sector bancario. La principal razón de ser de éstas era apoyar la financiación del gobierno, más allá si había una justificación política o económica de las financiaciones. Los griegos, sin embargo, no tienen un monopolio de la práctica de apoyarse en el sector bancario para financiarse, ésta es una práctica normal en toda Europa.
Los bancos regionales españoles, las cajas, se convirtieron en los principales fondos de financiamiento de los gobiernos regionales. Si sus activos fueran evaluados bajo los estándares de Estados Unidos, la mitad de éstas serían cerradas inmediatamente y una tercera parte entraría a liquidación. Los bancos italianos poseen la mitad de la deuda estatal que en su totalidad equivale a 1,9 trillones de euros. Más allá de querer centrar toda la culpa en el sur, esto también sucede en el norte. Las municipalidades belgas y francesas, así como el gobierno nacional de Bélgica normalmente utilizaba el Dexia de la manera mencionada.
Sin embargo, gran parte de la deuda permanece fuera, entonces cuando los estados caen, el daño no sólo será interno. La mitad de la deuda de Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y Bélgica está en manos extranjeras, pero como todo en Europa, la exposición no está balanceada –y esta vez, es el norte de Europa, no el sur, el que está expuesto. Los bancos franceses están más expuestos que cualquier otro sector, teniendo una cantidad equivalente al 8,5% del PIB de Francia en bonos de deuda de los países con peor realidad financiera (Grecia, Irlanda, Portugal, Italia, Bélgica y España). Bélgica le sigue con una exposición cercana al 5,5% de su PIB, aunque esta cifra excluye el casi 45% del PIB de Bélgica que los bancos tienen en deuda soberana de ese país.
EMISOR DE LA DEUDA
NACIONALIDAD DE LOS BANCOS
Italia
España
Grecia
Portugal
Irlanda
Belgica
TOTAL
Francia
105.045
35.581
13.401
8.611
2.855
51.529
214.022
Alemania
50.982
29.389
14.080
8.799
3.191
11.278
117.719
Reino Unido
12.734
8.629
3.961
1.805
4.577
5.258
36.964
Bélgica
17.294
3.793
1.873
2.288
695
*
25.943
España
10.699
*
502
7.250
157
1.427
20.035
Italia
*
5.798
2.442
612
588
413
9.853
Japón
29.772
10.352
164
1.092
1.097
9.396
51.873
Estados Unidos
14.380
6.060
1.936
1.269
1.741
11.400
36.786
Suiza
5.201
1.485
529
832
111
2.057
10.215
*Datos excluyen tenencia de deuda nacional por parte de los bancos.
Cifras en millones de dólares. Fuente: Bank of International Settlements a través de STATFOR
Cuando los europeos hablan de la necesidad de recapitalizar sus bancos, limitar la propagación de la exposición de la deuda domina sus pensamientos –lo cual explica por qué los europeos retrasaron la aceptación de la figura original de 200 billones de euros del FMI-. Los europeos están esperando que, con una serie de acuerdos para reestructurar la deuda del continente con más lazos financieros interestatales, pueda parar la crisis de deuda soberana.
Esto es inútil. La figura de los 200 billones de euros no cubrirá reestructuraciones razonables. El 50% de las medidas para Grecia bajo discusión, absorberían más de la mitad de los 200 billones. Solamente un 8% de recorte de deuda de Italia, absorbería el restante.
Además, los problemas bancarios de Europa van más allá de la deuda soberana. Para poder entender cuan profundo es el problema, hay que examinar el rol de los bancos europeos en la sociedad del continente. Vea mañana el problema del centralismo de la banca europea.
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Crisis Europea: El Centralismo de la Banca