La Cuarta Revolución Industrial y la pandemia se han convertido en aceleradores de los procesos de digitalización de la economía impulsando la transformación de las industrias y de otros sectores además de los de servicios. Por el impacto de la Covid-19 el 80% de los empresarios decidió acelerar sus procesos de transformación digital. En el 2022 estará digitalizado el 65% del PIB mundial y la inversión en transformación digital aumentará en un 16,5%. En América Latina existen brechas respecto a los países de la OCDE en cuanto a peso de la industria digital, exportaciones de servicios y producción de tecnología. De acuerdo con el Concejo Privado de Competitividad, en Colombia solo el 8% de las empresas utiliza IoT, el 3% realiza impresión 3D y el 1% usa robótica en sus procesos.
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La digitalización de la economía es una realidad que cada vez se está acelerando, sobre todo cuando sectores tradicionales como el agro se transforman integrando innovaciones tecnológicas y generando mayor valor o cuando cambian aspectos tan esenciales como los medios de pago (Digitalización de las Monedas, el Gran Paso en el Caso del Euro). Hace pocos años las discusiones académicas se centraban en la tercerización de las economías, cuestionando los efectos que podría tener un mayor peso de los sectores de servicios frente a actividades tradicionales como la industria, la construcción y la agricultura, hoy estos sectores también se han transformado y pueden llegar a impulsar nuevos cambios en las estructuras de los PIB locales y el mundial.
La tercera revolución industrial y la tercerización económica estaban estrechamente relacionadas, los sectores que empezaron a crecer aceleradamente fueron los que la primera benefició y los países que se especializaron en informática y automatización se convirtieron en los líderes de los mercados mundiales, aunque internamente, incluso las economías menos desarrolladas podían apreciar como se fortalecían sus servicios financieros y de telecomunicaciones (Las Cuatro Revoluciones Industriales de la Historia (Infografía))
Actualmente, aunque se creía que existían actividades más orientadas a la digitalización como todo lo relacionado con servicios financieros, inmobiliarios, de comunicación, seguros, comercio, entre otros, y se volvió usual escuchar sobre los grandes avances del e-commerce y los sectores Fintech, Insurtech, Proptech, etc. La cuarta revolución industrial está transformando todas las actividades productivas a través del uso de innovaciones como el internet de las cosas (IoT), la ciberfísica, la robótica, la inteligencia artificial, la impresión 3D y 4D, entre otras.
De acuerdo con el informe FutureScape: Worldwide Digital Transformation 2021 Predictions, en el 2022 el 65% del PIB mundial estará digitalizado y las inversiones en transformación digital alcanzarán una tasa de crecimiento anual de 16,5% entre 2022 y 2024. Por otra parte, la pandemia también ha sido un inductor de estos procesos, según el estudio Digital Transformation Index 2020, el 80% de los empresarios decidieron acelerar sus planes de transformación digital después del impacto de la Covid-19 (Tendencias que Marcarán el Crecimiento Empresarial en 2021).De acuerdo con el profesor de neurociencia de la Universidad de Texas en Dallas, Lucien Thomson, “muchos de los sistemas de neurotransmisores que conocemos y que están involucrados en la memoria también participan en otros procesos, así que si se toma algo para mejorar la memoria se estarán afectando otras funciones cerebrales, con efectos impredecibles”.
Aunque en América Latina se presentan fuertes limitantes para desplegar procesos de adopción tecnológica como los son una baja penetración de la banda ancha móvil, brechas en el acceso a internet, retrasos en la implementación del 5G, entre otras, debido al impacto de la crisis sanitaria en el 2020 la presencia empresarial en línea llegó a crecer un 800% en países como Colombia y México, según información de la CEPAL.
Sin embargo, la CEPAL también advierte de que el peso de la industria digital es menor en la región (3,98%) en comparación con los países de la OCDE (4,58%), una brecha que también se puede observar en la exportación de servicios y la producción de bienes de alta tecnología, concluyendo que en América Latina “las mayores brechas en la adopción de tecnologías digitales en empresas se encuentran en las actividades vinculadas directamente al proceso productivo”.
En Colombia también hay un largo camino por recorrer, de acuerdo con el informe de Economía Digital del Consejo Privado de Competitividad, en el país “solo el 8 % de las empresas utiliza IoT, el 3% realiza impresión 3D y el 1% usa robótica en sus procesos”, y en el 2021 Colombia ocupó el puesto 59 entre 61 economías, en el escalafón mundial de competitividad creado por el Instituto Internacional para el Desarrollo Gerencial (IMD), aunque pudo ascender dos puestos desde la versión anterior (Colombia, entre los Peores Estándares de Calidad de Vida Digital).