Una gran mayoría de personas, usuarios de las redes sociales existentes, comparte un gusto particular por publicar sus actividades sociales y empresariales, tanto en fotos, videos y noticias de actualidad; configurando un patrón creciente que motiva a exhibir lo que acontece en la vida cotidiana y su influencia en la calidad de vida personal y corporativa.
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En cuanto a los intereses de las compañías, generar una conversión de seguidores a clientes, a través de sus publicaciones, logrando una posible venta o vinculación, siempre será un objetivo por cumplir.
Así, la finalidad del contenido que se comparte a través de las redes tiene dos objetivos principales:
Captar la atención de las personas
Generar recordación e impacto entre aquellos que leen o interactúan con las publicaciones
Por su parte, para 2017 la composición de uso de las redes sociales por edades se conformaba de la siguiente forma:
Es claro que la identidad y el formato de algunas redes están dirigidos a cierto tipo de público, con intereses diversos. En la actualidad, Google + y Vine ya no existen, ambas por declives pronunciados en sus usuarios activos, ocasionados, en gran medida, por la irrupción de otras aplicaciones.
Entre tanto, en enero de 2019 las cuentas de usuarios activos en las diferentes plataformas de redes sociales alcanzaron los siguientes registros en millones de cuentas:
Mientras compañías como Facebook o Instagram crecen sustancialmente con el pasar de los años, así como la tendencia y necesidad de las personas de mostrar los acontecimientos que consideran importantes, surge la inquietud acerca de qué es lo que realmente motiva a los usuarios a estar publicando su vida en estas plataformas.
Fractl, una compañía especializada en investigaciones de marketing, realizó un estudio basado en ¿cuál es la razón principal para “compartir” contenido en Facebook? En el estudio se refieren a “compartir” como el hecho de publicar el contenido de un tercero o exponer a la vista de los demás un enlace determinado en el perfil personal, el cual acerca a la red de contactos un nuevo contenido, ya sea publicitario, social, motivacional, entre otros.
En este empeño, Fractl realizó una encuesta a 2.000 personas a través de las cuales determinó que la razón más popular, con un 48%, era entretener y captar la atención de la red de contactos mediante contenido que las personas consideran interesante. Por su parte, el 17% comparte contenido para informar sobre asuntos que son de su incumbencia, el 13% pretende mostrar a ciertos problemas o situaciones que despiertan emociones, el 11% direcciona contenido que considera útil y el 11% restante publica otro tipo de contenidos. Si bien las respuestas de los usuarios reflejan un conducto de generosidad hacia los demás, también denotan un evidente interés personal en la información compartida.
En este punto, es necesario considerar que la valorización tanto a nivel personal como empresarial pasa por la percepción que se genera ante el conjunto social, lo mismo que ocurre con las publicaciones que se comparten en las redes sociales. El contenido digital ha transformado la forma como las personas y compañías se muestran al mundo, o, mejor dicho, como pretenden ser vistas ante la sociedad.
El contenido que es publicado y su relación con los likes, retuits, comentarios, discusiones y opiniones, refuerza o destruye la autoestima de cada individuo o la reputación de una compañía. Una mayor relación con estos criterios conlleva a mayor popularidad, visibilidad e influencia entre amigos, profesionales y sociedad en general, lo que permite incrementar la credibilidad e influencia sobre ciertos tópicos, convirtiéndose en últimas en una lucha de poder para posicionarse en la mente de las personas.
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Naturalmente, los seres humanos poseen un deseo de compartir sus experiencias, despertar sensaciones y crear una imagen ante los demás. Cuando un contenido produce sentimientos fuertes o profundos, como rabia, miedo, asco, tristeza, felicidad o alegría, la necesidad de compartirlo se convierte en un impulso. En este sentido, tanto las personas como las compañías buscan compartir contenidos en sus redes sociales para envolver emocionalmente a su audiencia, buscando aceptación y originalidad o consumismo, situaciones en las que prevalece lo positivo y lo visual.
De esta forma, las redes se siguen abarrotando de publicaciones sobre amigos cercanos, compañeros, eventos coyunturales de actualidad mundial, local, entre otros. No obstante, según un estudio de la compañía Viuz, luego de una década de crecimiento del acto de “compartir”, las personas se inclinan cada vez más por exhibir sus contenidos a través de herramientas más efímeras, como las Instagram stories, para conservar de alguna manera una mayor intimidad. Finalmente, esta es una tendencia en crecimiento en tiempos en los que las personas pueden enterarse de lo que quieran, en el momento que deseen, por el medio que prefieran.
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