Al comienzo de 2025, el PIB de la extracción de carbón registró una contracción anual de 7,0 %, en un contexto marcado por la disminución de la demanda externa. El valor de las exportaciones acumuló una variación negativa superior al 39 % hasta mayo, acompañada de una reducción en los volúmenes despachados. De acuerdo con el Banco Mundial, el precio internacional del carbón presentó una caída intertrimestral del 21 %, ubicándose en aproximadamente USD 99 por tonelada métrica, lo que acentuó la presión sobre los márgenes operativos del sector.
En el plano regulatorio y fiscal, la expedición del Decreto 0572, que establece una autorretención del 4,5 %, ha generado cuestionamientos gremiales debido a su impacto adverso sobre la liquidez y sostenibilidad financiera de las compañías, particularmente en un escenario de alta volatilidad de precios y costos operativos al alza. Paralelamente, el énfasis gubernamental en acelerar la transición energética y las declaraciones que desincentivan la exploración y exportación de carbón incrementan la incertidumbre regulatoria y restringen las perspectivas de inversión, comprometiendo la viabilidad de nuevos proyectos y exacerbando los desafíos estructurales en regiones con alta dependencia de esta actividad.