El sector de combustibles en Colombia atraviesa una fase de transición, evidenciada por una contracción del 7,9% en su valor agregado durante el primer trimestre de 2025. El resultado obedece a una demanda interna debilitada, particularmente en zonas de frontera, y a una oferta nacional de biocombustibles insuficiente que ha elevado la dependencia de las importaciones para cumplir con las mezclas obligatorias. Los precios al consumidor, aunque estables, se mantienen en niveles altos con marcadas diferencias regionales. Hacia adelante, las perspectivas están definidas por tres ejes estratégicos: el inminente ajuste al precio del diésel para corregir el déficit fiscal del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles; un crecimiento sostenido de la demanda que, ante una capacidad de refinación estancada, acentuará la dependencia de las importaciones de gasolina a más del 50,0 % para 2040; y la emergente oportunidad que representa el hallazgo de hidrógeno blanco, que podría reconfigurar la matriz energética nacional a largo plazo.
Demanda interna de combustibles debilitada junto con menor oferta nacional de biocombustibles
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