La economía colombiana ha experimentado una notable desnacionalización en las últimas décadas, con la venta de muchas de sus empresas más emblemáticas a inversionistas extranjeros. Este fenómeno, impulsado por la globalización y la apertura económica iniciada en los años 90, ha tenido efectos significativos en el ahorro nacional, el empleo local y la autonomía empresarial.
El impacto de la apertura económica en la propiedad empresarial
Desde la implementación de medidas como la internacionalización del capital productivo y la liberalización del comercio, más de 25 empresas colombianas de distintos sectores han sido adquiridas parcial o totalmente por multinacionales. Industrias como las aerolíneas, supermercados, textileras, hidroeléctricas, bancos, telecomunicaciones, aseguradoras, siderúrgicas, cerveceras y tabaqueras han sido impactadas por la participación de capital extranjero.
Empresas colombianas adquiridas por capital extranjero
Algunas de las compañías más representativas que han sido vendidas parcial o totalmente incluyen:
- Bancolombia: Venta de participaciones a inversionistas internacionales.
- Avianca: Adquirida por Synergy Group (Brasil) y luego por United Airlines.
- Cemex Colombia: Perteneciente a la multinacional mexicana Cemex.
- Pilsen y Bavaria: Compradas por el grupo SABMiller y posteriormente por AB InBev.
- Isagén: Vendida en 2016 a la firma canadiense Brookfield Asset Management.
- ETB: Empresa con participación extranjera significativa en telecomunicaciones.
Si bien algunas de estas transacciones se justifican como parte del crecimiento económico y la atracción de inversión extranjera, también han generado debate sobre la pérdida de control sobre el patrimonio nacional.
Inversión extranjera: ¿Beneficio o riesgo para la economía?
La Inversión Extranjera Directa (IED) ha sido clave para el desarrollo de Colombia, facilitando la inyección de capital, innovación y acceso a nuevos mercados. Sin embargo, existe una diferencia entre atraer inversores para expandir una empresa local y ceder completamente el control de una compañía a una transnacional.
Entre 2000 y 2015, Colombia recibió más de US$130.000 millones en inversión extranjera, pero también se registró la salida de US$150.000 millones en rentabilidades, lo que plantea dudas sobre el verdadero impacto de esta inversión en el crecimiento sostenible del país.
Empresas que aún pertenecen al patrimonio nacional
A pesar de la creciente participación de capital extranjero, el Estado colombiano conserva participaciones en diversas empresas estratégicas, entre ellas:
- Ecopetrol: Valorada en aproximadamente $46 billones de pesos.
- Interconexión Eléctrica S.A. (ISA): Con un valor cercano a los $5 billones.
- Banco Agrario: Con activos de casi $3 billones de pesos.
- Empresas de transporte, logística, electrificadoras y hoteleras: Que en conjunto suman más de $240 billones de pesos.
Sin embargo, la reciente venta de Isagén ha generado preocupación sobre futuras enajenaciones de empresas estatales.
¿Cómo preservar el patrimonio nacional?
Cerrar las puertas a la inversión extranjera no es la solución, ya que esta puede ser un motor de crecimiento y modernización. Sin embargo, es fundamental establecer políticas que equilibren la atracción de capital foráneo con la protección del ahorro y la autonomía nacional. Fomentar la inversión productiva, garantizar la reinversión de ganancias en el país y fortalecer las empresas locales son claves para evitar una excesiva dependencia de capitales extranjeros.
La clave está en promover modelos de inversión que beneficien tanto a las empresas nacionales como a la economía colombiana en su conjunto.