El producto interno bruto per cápita suministra un indicador aproximado sobre el nivel de vida promedio en determinada región. A nivel mundial existe una gran disparidad en este indicador. Según datos de la Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) el PIB per cápita del mundo es de U$ 9.178, en las economías desarrolladas asciende a U$ 39.445, en los países en transición es de U$ 6.989 y en las naciones en vía de desarrollo equivale a U$ 3.703. Lo anterior es una reflejo del desequilibrio a nivel mundial, donde las diferencias entre las economías desarrolladas y en vía de desarrollo son del 965%.
Foto: www.sxc.hu (Autor: Jesse Therrien)
La convergencia de los niveles de vida en todo el mundo requiere que los ingresos per cápita crezcan más rápido en los países pobres que en los ricos. El auge mundial vivido entre 2003 y 2007 se revirtió en los últimos años que vieron el ingreso per cápita en los países en desarrollo de África, las Américas, Asia Occidental y Oceanía crecer a tasas muy bajas o incluso negativas. La brecha entre naciones se ha ampliado desde 2003 y pudo haberse acelerado aún mas desde la crisis mundial, aunque de una manera no tan marcada, ya que la mayor caída se presentó en países desarrollados, pero que generaron el riesgo de frenar el crecimiento de las naciones en vía de desarrollo.
Si bien la crisis mundial afectó las diferentes economías alrededor del globo, aquellos países en vía de desarrollo liderados por el Este de Asia se han recuperado con más fuerza de la calamidad mundial. No todas las naciones en desarrollo han experimentado la crisis como una disminución en sus niveles de ingreso, sino como una desaceleración en el ritmo de su crecimiento. Adicionalmente, sólo un pequeño grupo de economías en transición concentradas en Europa del Este sufrieron graves disminuciones en los niveles de sus ingresos. A estas economías también parece que les resulta difícil de recuperar el terreno perdido, al igual que los países desarrollados que estaban en el corazón de la crisis global. Mientras tanto, los países en desarrollo en su conjunto, no sólo han recuperado y superado los niveles pre-crisis del PIB, también volvieron a su senda de crecimiento. Esto contrasta con la situación en los países desarrollados, quienes siguen operando muy por debajo de la trayectoria de crecimiento pre-crisis. La situación es más crítica hoy en día en los países europeos que comparten el euro.
La crisis no ha cambiado el hecho de que el grueso de los ingresos mundiales quede en manos de los países desarrollados, sin embargo su participación se ha disminuido de manera considerable desde los años 80.
*Artículo desarrollado con Información de Unctad
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