La pobreza monetaria se define como la carencia de recursos económicos y el índice se enfoca en determinar el porcentaje de individuos cuyos ingresos no son suficientes para satisfacer los requerimientos básicos de alimentación, vivienda, servicios y educación. La pobreza monetaria también evidencia las desigualdades en términos de necesidades básicas en los hogares más vulnerables
El Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) utiliza la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) para calcular el total de ingresos por hogar y lo divide entre el número de miembros que lo conforman, obteniendo así el ingreso monetario relativo por individuo. Posteriormente, se determina cuánto dinero requiere una persona para cubrir sus necesidades básicas. Para el año 2022, la línea de pobreza monetaria per cápita fue establecida en $396.864, incluyendo alimentación, vivienda, servicios y educación. La línea de pobreza monetaria extrema per cápita se fijó en $198.698, solo considerando el costo de alimentación. Quienes perciban ingresos por debajo de estos valores son clasificados en situación de pobreza y pobreza extrema, respectivamente (¿Qué ha Sucedido en Colombia Cuando se Otorgan Subsidios a la Oferta y Demanda?).
La medición de la pobreza monetaria es fundamental en Colombia, ya que permite focalizar los recursos, subsidios y fortalecer programas de asistencia social. A través de ello, el gobierno puede identificar de manera precisa a los grupos más vulnerables y diseñar estrategias efectivas para mejorar sus condiciones de vida.
En 2022, el índice de pobreza monetaria en Colombia fue de 36,6%. Esta cifra se descompone en 45,9% en centros poblados y áreas rurales dispersas, y un 33,8% en áreas urbanas. La pobreza monetaria extrema alcanzó el 13,9%, siendo del 23,3% en áreas rurales y del 11% en zonas urbanas. Estas estadísticas reflejan la persistencia de la pobreza en el país y la necesidad de implementar estrategias efectivas para su reducción.
El gobierno colombiano ha implementado una serie de programas sociales para combatir la pobreza monetaria. Entre estos, destacan iniciativas como Familias en Acción, que brinda transferencias monetarias a familias en situación de pobreza, y Jóvenes en Acción, que apoya a los jóvenes en su etapa de educación y formación. Otros programas como Colombia Mayor, devolución del IVA e ingreso solidario también contribuyen en el objetivo. Reducir la Pobreza para Crecer y Crecer para Reducir la Pobreza
Salir de la pobreza monetaria implica una transformación significativa en la calidad de vida y bienestar de una persona o familia. Este avance se traduce en la satisfacción de necesidades básicas, una mayor seguridad económica y acceso a servicios esenciales. Además, implica la posibilidad de invertir en educación y desarrollo de habilidades, lo que puede abrir puertas a mejores oportunidades laborales y una mayor participación en la sociedad.
Superar la pobreza monetaria en Colombia no solo significa un incremento en los ingresos, sino una mejora en la calidad de vida a corto y largo plazo. Es un paso crucial hacia un futuro más próspero y equitativo para individuos y comunidades, y requiere esfuerzos continuos tanto a nivel gubernamental como de la sociedad en su conjunto.
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