La doctrina se entiende como un conjunto de enseñanzas basado en un sistema de creencias. Quien adoctrina impone tesis y valores, enseña lo que hay que hacer y lo que hay que pensar, por tanto, no deja espacio para la elección y el discernimiento.
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Las religiones son una esfera importante de las diversas civilizaciones a lo largo del mundo. Las sociedades se han construido alrededor de creencias y convicciones religiosas que definen de cierta manera el actuar de los ciudadanos. Como individuos, se tiene la posibilidad de seguir o no los parámetros y doctrinas religiosas. No obstante, cuando las creencias son impuestas y las normas derivadas de la fé se hacen extensivas a toda la sociedad, se entra en conflicto con la libertad de culto y la religión se transforma en adoctrinamiento.
La historia de las religiones es importante y en los colegios es habitual que se dicten asignaturas relacionadas. Sin embargo, en los últimos años ha surgido un debate debido al descontento que genera el hecho de enseñar una religión única que conduzca al adoctrinamiento. Gran parte de la sociedad está de acuerdo con que la ilustración de una religión en particular debe ser responsabilidad de las familias y las comunidades religiosas y no del sistema educativo, pues allí debe enseñarse el componente histórico de las distintas religiones.
Ahmed Shaheed, relator especial sobre la libertad de religión y creencias de la ONU, se ha referido en diferentes ocasiones a este tema y ha manifestado que es importante la enseñanza de las diferentes religiones en la academia para contribuir a la tolerancia y la paz, sin que esto implique adoctrinamiento. En concreto, el funcionario ha manifestado que “la religión se puede enseñar de forma neutral, como un hecho social, como historia de las religiones, pero no puede producirse una interferencia del Estado, sino que este debe garantizar la libertad de religión o creencia”.
La enseñanza de la religión como culto no es bien vista en algunos países, mucho menos durante la infancia, etapa en la cual se definen los comportamientos y modos de pensar de los individuos. Estados Unidos es uno de los países donde está prohibido cualquier tipo de adoctrinamiento religioso en los colegios públicos.
Por otra parte, en España, país católico por excelencia, se ha discutido en los últimos años cómo ajustar la enseñanza de la religión, de manera que no contravenga el sistema de educación pública y laica. El problema que se presenta en España parte de los acuerdos firmados en 1979 con la Santa Sede, los cuales otorgan a la Iglesia la elaboración de los currículos de la asignatura de Religión Católica, así como la designación de sus docentes. Esto implica que una institución privada impone los contenidos religiosos de las escuelas públicas, situación que es mal vista por la sociedad española, que se ha manifestado en diversas ocasiones para que los acuerdos sean revocados y la asignatura no represente una mera catequesis.
Ante esta situación, el país Ibérico ha optado por que la religión sea una cátedra de libre elección en los centros públicos, los cuales están en la obligación de ofrecer alternativas laicas y de valores cívicos.
Finalmente, en Colombia, el fallecido Carlos Gaviria Díaz llegó a opinar sobre la formación religiosa escolar y abrió el debate de si se debe enseñar religión en los colegios y escuelas. El exmagistrado argumentaba que “la religión es un hecho social innegable, debe ser identificado, estudiado y evaluado con honestidad y ecuanimidad”, por lo que consideraba que en primaria y secundaria debe existir un espacio para reflexionar sobre estos temas, siempre y cuando se haga con honestidad y sin intención de adoctrinar, ni de obligar a los estudiantes a aceptar dogmas que la razón y el sentido común rechazan.
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