La coyuntura económica mundial ha llevado a pensar en la existencia de una posible guerra de divisas entre potencias económicas, lo cual ha calado fuertemente en las diferentes economías emergentes, ocasionando grandes tasas de depreciación frente a las diferentes divisas internacionales y generando incertidumbre en la dirección que tomaran estos mercados.
Fuente: www.freeimages.com Autor: mompes
Si bien la devaluación del yuan fue uno de los causantes de la caída en el valor de diferentes monedas en relación a las divisas internacionales (Devaluación del Yuan: ¿Fuerzas de Mercado o Política Expansiva?), el precio del petróleo y su relación inversa con la cotización del dólar fue fundamental. Los altos niveles de apreciación de la moneda estadounidense han generado que más de 25 países se encuentren corriendo una constante devaluación y en muchos casos una reducción de sus tasas de interés con el fin de mejorar la competitividad en el mercado internacional a partir del hundimiento de su moneda.
Las economías emergentes han sido las más afectadas. El caso latinoamericano es grave. La mayoría de los mercados de esta región se conocen como “economías petroleras”, es decir, dependientes de la actividad del crudo, por lo que tanto el precio como la oferta y demanda del commodity son de alto impacto para sus finanzas. Ante la coyuntura actual, en la cual el precio del barril y la relación de sus monedas con el dólar (¿Por qué si el Petróleo Baja el Dólar Sube?) tocan mínimos históricos, las políticas monetarias expansivas entran en auge. Con la ya demostrada relación inversa entre el precio del crudo y las cotizaciones del dólar, la moneda americana ha tomado una tendencia hacia la apreciación cada vez mayor, lo cual impacta directamente los mercados latinos causando que las múltiples monedas se deprecien. A pesar de ello, los bancos centrales de cada país prefieren no intervenir su respectivo mercado, pues utilizar políticas monetarias contractivas para evitar la creciente depreciación de su moneda, podría significar una pérdida de competitividad internacional, algo aún más grave en las finanzas de los países, y además ante la creciente demanda y caída del precio del petróleo, la relación de cambio entre monedas logra suavizar un poco las pérdidas que se obtienen en el mercado.
Adicionalmente, China ahora es héroe y villano para muchas de las economías latinoamericanas, ya que ha decidido devaluar su moneda, causando gran impacto en los mercados internacionales y depreciando aún más las monedas de estos países. Esta situación afecta en tal magnitud, que los propios mercados han perdido su direccionamiento, pues el beneficio económico que se podría obtener por el aumento de exportaciones hacia los diferentes mercados se convierte en pérdidas cuando el país asiático decide aumentar su competitividad, reduciendo el precio de sus productos hasta tal punto que es imposible competir con ellos. Esto obliga a los bancos emisores locales a no intervenir en la depreciación de su moneda, o peor aún, a aplicar políticas que aumenten su pérdida de valor ante las divisas.
Fuente: Bloomberg
En el caso de países como Colombia, Perú, Argentina y Chile el resultado marginal que se obtiene por la depreciación de sus monedas ya es negativa. En el último semestre sus exportaciones han caído estrepitosamente en relación al mismo periodo del año pasado. Las ventas colombianas en el exterior disminuyeron un 32.6%, mientras que las de Perú, Argentina y Chile un 20.3%, 18% y 10.7% respectivamente, lo cual fue influenciado principalmente por el comportamiento del sector energético en dichos países. Si se realiza un análisis sobre el valor de las monedas de los principales mercados latinoamericano, los resultados llegan a ser impresionantes. En Colombia el tema es extremadamente grave, pues desde agosto del 2014 hasta el mismo mes del presente año, el peso colombiano se depreció en un 63.91%, pasando de $1876.5 pesos a $3075.72 pesos. Un poco más abajo se encuentra el real brasileño (BRL) con una depreciación de 58.26% durante el mismo periodo, mientras que los países que menos sufrieron este fenómeno fueron Argentina (13.12%) y Perú (15.17%).
En conclusión, las autoridades monetarias de los países latinoamericanos se encuentran en una gran encrucijada. La duda radica en si intervenir y sacrificar la competitividad de sus diferentes sectores económicos en el mercado internacional, permitir que el mercado se autorregule y esperar una corrección de este o un gran déficit en las cuentas financieras de su país, o favorecer este fenómeno de depreciación y propiciar el inicio de una guerra de divisas en el mercado latinoamericano y un futuro colapso de este.
Artículos Relacionados:
¿Cuándo el Banco de la República Intervendrá la Tasa de Interés?