En el primer trimestre de 2022 se presentó una reducción del 4,5% en el PIB del sector frente al mismo periodo de 2021, explicado por una caída en la producción de combustibles. Sin embargo, el consumo nacional tuvo un crecimiento del 21,6% siguiendo con el buen comportamiento en la demanda interna que se presenta desde mediados de 2021 por mayores despachos hacia la industria, el comercio y el turismo en medio de una fuerte reactivación económica del país. El incremento en los precios internacionales del petróleo y los combustibles consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania incrementó el déficit del Fondo de estabilización de precios de combustibles (Fepc), que ya acumulaba $11,7 billones a 2021 y según el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), podría alcanzar los $19,6 billones este año. Por este motivo, aunque el Gobierno Nacional en conjunto con los ministerios de Minas y Hacienda decidieron no realizar incrementos en el precio de la gasolina y el diésel desde enero, se están planteando reformas estructurales y una “agenda de ajustes graduales” para aumentar los precios sin incrementar de manera drástica la inflación en los próximos meses.
A pesar de los proyectos que viene desarrollando el país para la diversificación en la matriz energética, los combustibles líquidos continuarán como la principal fuente de energía del sector transporte y su consumo seguirá aumentando con el crecimiento económico del país. La movilidad eléctrica tendrá un proceso de adopción lento dado los costos de los vehículos eléctricos, los tiempos de renovación del parque automotor y el desarrollo de infraestructura de carga. De igual forma, el uso de hidrógeno verde como combustible se espera principalmente para el transporte público y el transporte de carga.
