Entender que las personas tienen diferentes tipos de personalidades es algo común, pero reconocer los diferentes estilos de trabajo es igualmente importante. Los equipos más equilibrados están formados por una variedad de trabajadores que saben cómo optimizar sus estilos de trabajo. A continuación, se presentan los diferentes tipos de trabajadores:
Ejecutores
Los ejecutores son quienes se encargan de hacer las cosas. Les gustan las tareas, las listas de actividades y los proyectos, y cobran vida cuando abordan y completan trabajos. Generalmente, tienen un intenso nivel de concentración y atención a los detalles. Sin embargo, pueden estar tan enfocados en lo que hacen que se olvidan de comunicar sus avances. Tienden a iniciar las tareas con poca previsión y preparación.
Líderes
Los líderes son aquellos que crean e inspiran la visión de la empresa. Son tan cautivadores que las personas no pueden dejar de escucharlos, admirarlos y seguirlos. Los líderes tienen un amplio espectro de ideas y quieren que todas se ejecuten. Pueden parecer un poco distantes porque están enfocados en dirigir la compañía.
Amantes
Los amantes se dedican a construir relaciones y mantener la cohesión del equipo. Prosperan en un ambiente de armonía, son sensibles y empáticos, y están muy sintonizados con el bienestar de sus compañeros de equipo. Sin embargo, pueden perderse en hacer que la gente se sienta bien y no producir trabajo tangible.
Aprendices
A los aprendices les encanta recibir nueva información y comprender cada parte de la empresa. Buscan soluciones a cualquier problema que surja. Sin la ayuda de un ejecutor, la mente estratégica de un aprendiz puede perderse. Para que sus planes detallados se ejecuten, necesitan un equipo listo para poner en acción sus ideas.
Importancia del Balance en los Equipos de Trabajo
Cada estilo de trabajo tiene fortalezas únicas que se magnifican cuando están alineados correctamente con los puntos fuertes de los demás. No hay una única manera de medir el desempeño en el trabajo, ya que el rendimiento varía de persona a persona. Es crucial aprovechar las contribuciones únicas de cada estilo y resaltar lo mejor de cada persona dentro del equipo.
Reconocer y optimizar los diferentes estilos de trabajo dentro de un equipo es esencial para lograr un rendimiento óptimo. Las organizaciones mejor balanceadas saben cómo integrar estos estilos para maximizar la productividad y la cohesión del equipo.