A pesar de que el alza de tasas de interés fue decretada en Estados Unidos, el impacto va más allá de sus fronteras. La dependencia que poseen las economías latinoamericanas del mercado estadounidense hace de este movimiento un factor clave para el oscuro panorama de dichas economías.
Fuente: www.freeimages.com Autor: McGoo84
La modificación de las tasas de interés es uno de los mecanismos que poseen los bancos nacionales para variar la oferta de dinero en el mercado: De esta forma, bajándolas, se estimula el consumo o gasto y la inversión. Por el contrario, el alza de estas evita un incremento de la demanda superior a la oferta y, por ende, contiene la inflación. La FED ha utilizado en varias oportunidades este mecanismo, principalmente como solución de mercado ante eventos catalogados como crisis económicas o posibles crisis económicas. Entre 1979 y 1980, la FED aumentó la tasa a niveles del 20%, ante la recordada Crisis del Petróleo originada en 1973, con el fin de contener la inflación y desacelerar la economía tras los considerables aumentos de precios. En el 2000, tras el conocido estallido de la crisis de las puntocom, de las empresas vinculadas a Internet, la Reserva Federal redujo su tasa para que la economía se fortaleciera. Finalmente, en el 2006, la FED aumentó su tasa con el fin de contener el mercado inmobiliario, el cual, dos años después, estallaría con la crisis de las subprime.
Dado lo anterior, este nuevo incremento de tasa por parte de la FED se puede considerar como una solución rápida y preventiva ante una posible crisis económica originada por el bajo precio del crudo y las diferentes materias primas, la desaceleración económica china y la actual tensión mundial creada por la coyuntura petrolera. No obstante, según analistas, la decisión entorno a la tasa, por parte de la Reserva Federal, se debe a que viene persiguiendo dos objetivos: inflación cercana a 2% e índice de desempleo del orden del 5%, pues se cree que el mercado laboral puede impulsar una mejora en los niveles de inflación y los salarios.
Este aumento de tasas tiene repercusión en la economía estadounidense y también mundial. El aumento de tasas de interés fortalecerá al dólar y tenderá a depreciar las monedas emergentes, en un momento en que las economías en vía de desarrollo enfrentan un panorama desalentador para su futuro. Adicionalmente, la apreciación del dólar frente a las diferentes monedas a nivel mundial, influirá en una mayor demanda de dólares, y, dado que el aumento de tasas es un movimiento atractivo para los inversores, posiblemente habrá una fuga de capitales desde diferentes países hacia los Estados Unidos.
La variación positiva de las tasas de la FED ha tornado oscuro el panorama latinoamericano. De cara al futuro se puede esperar que el crecimiento en las tasas de la Reserva Federal traiga consigo una mayor desaceleración de los mercados. Además, al ser una zona altamente ligada al comportamiento de los commodities, el factible descenso del consumo norteamericano, dado por el objetivo de mantener una baja inflación, y el menor crecimiento del mercado chino, golpearán la demanda de los commodities y de las economías locales, pues, al debilitar sus precios, debido al factor demanda, se forzará a una mayor devaluación e impulso a la inflación.
Ante esto, el impacto negativo que puede ocasionar esta coyuntura sobre las economías latinoamericanas dependerá, en parte, del crecimiento futuro de los Estados Unidos y del incremento gradual de las tasas de interés. . Por ello, la decisión de los diferentes bancos emisores latinoamericanos debe radicar en seguir los pasos de la Reserva Federal, variando las tasas de interés, o dejar en manos del libre mercado el futuro de su política monetaria.
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