El Índice de Confianza Sectorial reflejó a junio de 2023 un incremento del 35% en la desconfianza de los empresarios, inversionistas y líderes organizacionales sobre el futuro de Colombia.
Con una calificación de 35,9 puntos sobre 100, la desconfianza es mayor que la de mediados de 2022 cuando se presentaban temores de recesión global y entrabamos a una nueva jornada electoral presidencial, superior a la de mayo de 2021 cuando se dieron los bloqueos económicos por protesta social y semejante a la de abril de 2020 cuando iniciaron los aislamientos.
En el primer trimestre de 2023, la baja confianza fue explicada por el temor frente a las reformas; porque no hay unas reglas claras sobre el mercado energético; adicionalmente, el comercio, que es el principal sector de la economía colombiana, empezó mal el año; y que el Banco Mundial advirtió sobre la posibilidad de una década perdida económica a nivel global.
En el segundo trimestre, la continuidad de una baja confianza la explican la caída en exploración, producción y reservas de petróleo y gas; la venta de vivienda que está disminuyendo al 54%; que, pese al hundimiento de la reforma laboral, esta se presentará en la segunda legislatura; y que la llegada del fenómeno de El Niño puede llevar a la pérdida de medio punto en el PIB.
Todos estos aspectos afectarán el flujo de recursos, por lo que, una buena decisión por parte del gobierno fue buscar una adición presupuestal por 16,9 billones de pesos a los 405,6 billones que hacen parte del Presupuesto General de la Nación para este 2023.