En Colombia, más del 50% de la población pertenecen al estrato 1 y 2, mientras que solo 7% conforman el estrato 5 y 6.
Las personas que poseen menor ingreso destinan mayor proporción de sus recursos a la alimentación.
Un ciudadano en condición de vulnerabilidad, en el mejor de los casos, destina 60% de sus ingresos a la alimentación.
Los ciudadanos con mayor poder adquisitivo destinan alrededor del 15% de su ingreso a la compra de alimentos.
Durante los primeros meses de 2022, algunos ciudadanos han disminuido su consumo en alimentos a causa de los elevados precios.
Debido a consecuencias generadas por la pandemia, como la crisis logística del comercio internacional, continuos confinamientos por nuevas variantes covid en China, sumado al conflicto Rusia-Ucrania, diversos países están experimentando altos niveles de inflación. En Colombia, en 2021 el indicador inflacionario fue de 5,62%, la cifra más alta en cinco años, parte del resultado se explica por aumentos en el precio de alimentos, donde por lo menos 93% de los productos que pertenecen a la canasta han visto incrementos.
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Con una alta inflación, presionada por el incremento en los precios de los alimentos básicos, el poder adquisitivo de los estratos más bajos disminuye aún más, en concordancia con lo que dicta la ley de Engel, que establece que cuando el nivel de ingreso de los consumidores se ve aumentado, la proporción del ingreso gastado en alimentos crece a un ritmo menor que el porcentaje dedicado a otros bienes como pueden ser los bienes de lujo. Esta relación tiene que ver con el incremento de la renta y la proporción dedicada a bienes de alimentación.
Un estudio de la firma Kantar informó que durante los primeros meses de 2022 algunos colombianos han disminuido porciones de alimentos debido a los altos precios, “la alta inflación que estamos observando desde el año pasado ha generado cambio en los hábitos de consumo. Más que eliminar alimentos, nuestros datos nos cuentan que los ciudadanos han tenido que disminuirlos en sus porciones”, señaló Jaime García, country manager de Kantar División Worldpanel. Además, Colombia se caracteriza por una elevada desigualdad en ingresos, lo que agudiza el problema. En 2021 los estratos 1 y 2 representaron más del 50% de la población, mientras que solo el 7% representaron los estratos 5 y 6.
El gasto mensual en alimentos por nivel de estrato se comportó así: en 5 y 6, fue de $492.500 en 2021 por cada integrante de la familia; alimentarse en el estrato 4 costó $420.667; en el estrato 1, con menores ingresos para las familias, la alimentación en 2021 les costó a $387.500. Es de resaltar que los hogares que se clasifican como pobres son aquellos que tienen un ingreso mensual inferior de $332.000 pesos por cada miembro; la población vulnerable entre $332.000 y $654.000 pesos por persona; los hogares de clase media, entre $654.000 y $3.520.000 pesos por persona y aquellos considerados de clase alta tienen ingresos mensuales superiores a $3.520.000 pesos por persona.
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Las anteriores cifras evidencian que en Colombia muchos hogares pobres no cumplen ni con el promedio de gasto mensual en alimentos. En el escenario más optimista, con un ingreso mensual de $654.000, las personas en condición de vulnerabilidad destinan aproximadamente 60% del ingreso en alimentos (suponiendo un gasto mensual de $395.000).
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