Luego de la destitución de Gustavo Petro como alcalde de Bogotá, el presidente de la República Juan Manuel Santos, designó al Ministro de Trabajo Rafael Pardo, como persona encargada de la alcaldía de la capital del país. Pardo deberá gobernar en medio de una crisis institucional, enfrentar con un sinnúmero de retos, y todo esto contando con un reducido margen de tiempo para ejecutar los planes de acción.
Foto: www.sxc.hu (Autor:Daniel Andres Forero)
Rafael Pardo es economista de la Universidad de los Andes, estudió Planeación Urbana y Regional en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya y Relaciones Internacionales en Harvard University. Su vida política comenzó en el partido Liberal hace más de 30 años. Ha impulsado proyectos de desmovilización de movimientos guerrilleros. Llegó al gobierno Santos bajo el partido de la Unidad Nacional y con la reestructuración de los ministerios que realizó el nuevo mandatario, asumió la nueva cartera de Trabajo en noviembre de 2011, desde donde ha impulsado reformas en materia de seguridad y protección en pensiones.
Los retos que debe afrontar Pardo como alcalde encargado de Bogotá, no son para nada sencillos, debido a la complejidad coyuntural que afronta actualmente la capital del país. Temas de seguridad, soluciones en materia de movilidad e infraestructura, y aspectos relacionados con el aseo y basuras, serán algunos de las áreas en donde deberá incursionar los estrategias del designado alcalde.
Infraestructura y Movilidad: El panorama en cuanto a infraestructura de la ciudad de Bogotá es muy pobre, ya que desde hace algún tiempo no se observan nuevas obras viales que mejoren las condiciones de tránsito. En este sentido uno de los retos de Pardo es mejorar la malla vial y destrabar los proyectos que actualmente presentan retrasos en la operación en cuanto a construcción y ampliación de nuevos carriles. Respecto al tema de movilidad el cual es quizás uno de los puntos más importantes y neurálgicos que demanda soluciones por parte de las instituciones encargadas, básicamente Pardo ha planteado varios puntos para que la ciudad mejore en este sentido. La primera acción que emprendió el alcalde, fue el anuncio del tránsito de los buses del Sistema Integrado de Transporte (SITP) por la calle 80, a través del carril de Transmilenio. Además, Pardo precisó que en un mes aproximadamente comenzarán a operar por la Carrera Séptima 200 buses, la cual quedará exclusivamente con vehículos del SITP. Así mismo, Pardo anunció que estudiará la posibilidad de implementar el pico y placa para todo el día, con el fin de mejora las condiciones de movilidad y tránsito de actores como las rutas escolares y el transporte de carga.
Seguridad: en este aspecto, el alcalde designado anunció 300 policías para reformar el esquema de seguridad de Bogotá, además la puesta en marcha de 75 cuadrantes móviles para atención inmediata. Adicionalmente Pardo anunció el reforzamiento de 53 colegios que presentan problemas respecto a la venta de drogas.
Aseo y Basuras: Pardo anunció que el servicio de recolección de basuras de uno hasta tres metros cúbicos lo seguirán prestando los operadores, pero los servicios mayores se coordinarán entre operadores y alcaldes locales para garantizar la prestación de este servicio. Además se expedirá una reglamentación para crear un comparendo para los ciudadanos que afecten el espacio público con residuos.
Educación: El nuevo alcalde afirmó que se examinará la viabilidad de los colegios en concesión, los cuales corresponden al 4% de las instituciones públicas educativas de la ciudad de Bogotá.
Finalmente, un reto que tendrá directamente Santos tiene que ver con la terna que el movimiento Progresista para encargarse de la alcaldía de Bogotá, en donde participaran el senador Antonio Navarro Wolff, el exsecretario Guillermo Jaramillo y la secretaria María Mercedes Maldonado. Lo único que queda claro es que los retos del alcalde Pardo son los mismos que tendrá el que sea elegido en las próximas elecciones atípicas, en donde a medida que avanza el tiempo se perjudica más la calidad de vida de los capitalinos y aumenta el atraso histórico en inversiones bien ejecutadas.