Septiembre 15 – Ya han sido adjudicados casi todos los proyectos de la primera y la segunda ola de las vías de cuarta generación (4G), y los recursos financieros para su ejecución están asegurados mediante la firma del documento presentado al Confis (Consejo Superior de Política Fiscal) que garantiza las vigencias futuras. También se ha avanzado en los cierres financieros de los primeros proyectos, pero los recursos para la financiación de la tercera ola de vías 4G parecen estar en veremos debido a la caída de los ingresos petroleros del país tras la abrupta reducción de los precios internacionales del commodity.
Las finanzas públicas colombianas presentan una alta dependencia del petróleo y los presupuestos de inversión, de mediano plazo, se hicieron con previsiones de precios del petróleo entre 80 y 85 dólares el barril. Análisis realizados recientemente han estimado en 80.000 millones de pesos las perdidas por cada dólar que baje el precio del crudo y la devaluación solo logra contrarrestar parte del efecto negativo para la economía colombiana.
El costo estimado de los proyectos de la tercera ola 4G es de 10 billones de pesos, y se espera que sean intervenidos, a través de ocho proyectos, 1.882 kilómetros, especialmente en los departamentos de Santander, Nariño, Boyacá, Caldas y Cundinamarca.
Luis Fernando Andrade Moreno, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, ha admitido que los recursos no necesariamente alcanzaran para financiar la totalidad de las obras previstas para la tercera ola y que seguramente se tendrán que priorizar algunos proyectos.
Por su parte, el empresario Mario Huertas ha expresado que la financiación de esta última ronda de obras tendrá que provenir del sector privado y de la banca. Se va a tener que recurrir a más capital de riesgo si se quiere que las obras se lleven a cabo, sugirió.
Pero no se debe desconocer que las condiciones económicas globales y el posible incremento de las tasas de interés por parte de la Fed, también incidirán en condiciones de liquidez y créditos más duras para la financiación, por parte de los bancos locales, a los diferentes proyectos.
Las autoridades en materia de presupuesto e infraestructura en el país ya han sugerido algunas alternativas para sacar adelante los proyectos de la tercera ola. Una posible solución, a la falta de recursos públicos es solicitar a los constructores un mayor apalancamiento de los proyectos incluidos en esta ronda, aunque no se debe desconocer que estos ya se encuentran bastante comprometidos. Otra opción es el desarrollo de algunos de estos proyectos bajo el esquema de Alianzas Público Privadas de iniciativa privada, APP-IP.
Pese a estos inconvenientes se espera que en octubre arranque la tercera ola 4G con los proyectos Bucaramanga – Pamplona y Pamplona – Cúcuta, que requieren aproximadamente 2 billones de pesos para su ejecución. Habrá que esperar hasta donde alcanzan los recursos.
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