El déficit en cuenta corriente ha venido ampliándose desde el 2005, para marzo de 2014 equivalía a 4,6% del PIB. El panorama en los sectores exportador e importador parece indicar que esta tendencia va a continuar, por lo cual el país debe plantearse retos para fortalecer el sector exportador y evitar que se agudice aún más el déficit.
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El déficit en cuenta corriente implica que el valor de los bienes y servicios que el país exporta es inferior al valor de los bienes y servicios que importa del extranjero. Aunque también puede entenderse como una cantidad de ahorro inferior a la inversión, esta situación ha preocupado tradicionalmente en el caso de los países en desarrollo, pues se considera que no están preparados financieramente para asignar correctamente la inversión extranjera.
Actualmente el sector minero energético representa cerca del 70% de las exportaciones y ha venido generando un superávit, lo que implica que el déficit de cuenta corriente está siendo explicado por el comportamiento de otros sectores como el industrial y comercial, además por la caída en las remesas y debilitamiento del aporte del superávit agropecuario. Para el primer semestre del año las exportaciones minero-energéticas decrecieron, las agrícolas crecieron como consecuencia de los mejores precios del café y las exportaciones industriales presentaron la mayor caída.
En general, las exportaciones decrecieron 2,6% durante el primer semestre de 2014, mientras las importaciones presentaron un incremento de 6,1% para el mismo periodo con respecto al año anterior, con el precedente de que durante el 2013 los términos de intercambio se debilitaron. Además, el panorama de los principales socios comerciales no es muy alentador por lo que no se puede esperar que el sector externo agregue mucho dinamismo a la economía colombiana, a pesar de la situación de depreciación.
Los déficit deben financiarse, en este caso el presentado en cuenta corriente está siendo solventado con la cuenta de capital, es decir, con recursos foráneos; pero la persistencia del déficit genera obligaciones con otros países que en algún momento habrá que saldar, lo que implicará la generación de superávit en algún momento del tiempo, además de esto, en situación de déficit la economía es muy vulnerable a shocks externos que pueden ocasionar retiradas repentinas de capital.
En síntesis, el déficit del sector real de la economía ha venido ampliándose como consecuencia de la disminución en las exportaciones industriales, caídas recientes en los precios del petróleo y de algunos minerales, que son los que soportan parte de la balanza de cuenta corriente. El déficit en cuenta corriente, preocupa, porque se debe a una falta de competitividad o a un exceso de inversión extranjera directa que en cualquier momento puede tomar otro rumbo.
Por lo tanto el país necesita trabajar más en frentes como la diversificación de las exportaciones y el desarrollo de su sector financiero, para blindarse ante cambios imprevistos en el exterior. Existe incertidumbre sobre lo que ocurrirá con las exportaciones de petróleo y con otras tradicionales en los próximos años, por lo que Colombia debe preparase para reemplazar esta oferta exportable, principalmente con productos del sector industrial no convencional y productos agropecuarios, y no permitir que se caiga en una difícil situación de balanza comercial.